domingo, 3 de enero de 2021

Respeta: Con la misma vara que mides…

Tomado de Pinterest*

 
Los últimos días de 2020 trajeron frente a este escribiente  un hecho que sirve para reflexionar sobre los alcances de las acciones, el debido respeto a las individualidades y que no hay consecuencia sin causa.

El escenario: la calle José Antonio Saco, en Bayamo, protagonistas: una mujer joven,  de rostro agraciado, algo pasadita de peso, con un largo vestido rojo; cerca  un grupo de muchachos se disponían a emprender  so jornada de labor en  mantenimiento y restauración de una de las empresas del área; ¿el público?: transeúntes habituales y casuales de la mayor arteria comercial de la Ciudad Monumento nacional, y un nutrido grupo de compradores del cotidiano alimento en el llamado Palacio del Pan.

El suceso, caracterizado por una grave falta de respeto a las diferencias individuales: la joven pasaba  junto a los trabajadores, uno de ellos llama la atención del otro y le comenta lo voluminoso de su humanidad.

El interlocutor como tocado por un rayo maligno gritó a la muchacha: “!Mi`ja pareces una balsa inflada, que fea te ves!”

La chica, perdió toda su  apacibilidad desde la acera de enfrente, vociferó… los circunstantes  nos quedamos sin saber si lo que dijo  era la pura verdad o fue un prodigio de fabulación y agilidad mental.

-¡Pichicorto! , peor eres tú, que tienes un micropene más pequeño que el de un recién nacido, (se tocó la sien izquierda como forzando la memoria) y volvió a la carga

- ¡Tú fuiste marido  de Yumisisleidis y estás lava`o y tend´ío por “escaso de hombría”  en el barrio y ahora lo estás en toda la ciudad y si hay alguien filmando pronto lo estarás en el mundo, porque además voy a encargarme de que todo Facebook lo sepa!

¡Candela! Diría Conchi, mi segunda hija, naturalizada habanera.

Todo el mundo se rió menos el ofensor, que vio la llegada de su jefe como la salvación pues  lo sacaba del embarazo que él mismo había provocado, imaginamos  que en lo adelante pensará muy bien antes de injuriar a un semejante pues se autoaplicará la sentencia bíblica “con la vara que mides serás medido”.

Hubo  tiempos en que  muchas  personas se burlaban de los mendigos, los impedidos físicos y mentales y les gritaban improperios en las calles, por suerte con la educación que se fomenta en Cuba, esas burlas se hacen minoritarias.

¡Qué esta lección de vida sirva a todo ese burlador que todavía anda por ahí!

* Imagen subida Por Adriana Eulalia  Ramos Silva

 

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