Mudaba yo los dientes temporales cuando escuché a un vecino de mi abuelo paterno, apodado
el Coronel, usar esa expresión, claro en
un lenguaje vulgar y lleno de diversos
matices, cuando dijo: “Me cago en Ceuta”,
la frase me taladró los tímpanos teniendo en cuenta el vozarrón del
falso militar y las resonancias que me sugería el nombre.
Supe más tarde que El Coronel conversaba mucho con ancianos que tuvieron relación con el Ejército Libertador cubano y de ahí debió incorporar la expresión a su habla habitual.
Después la escuché infinidad de veces durante siete décadas y, claro, la curiosidad me impulso a buscar, primero en el diccionario Pequeño Larousse ilustrado y después en varios buscadores de internet y supe que era un prisión que con islas Chafarinas, Cádiz, Madrid, Figueras y otras conformaban una red de mazmorras españolas que entre otras funciones sirvieron para encarcelar a patriotas cubanos y de otros países latinoamericanas que lucharon por liberar a Cuba y otros pueblos hermanos del dominio colonialista español .
Varios blogueros y publicaciones ceutíes coinciden en
que “Me cago en Ceuta" es la frase con la que, muchas veces, se suele
maldecir a lo divino y a lo humano en determinadas zonas de América Latina,
principalmente en Argentina y Cuba, algo que por acá ya sabíamos.
La frase tiene
su origen en los años de los levantamientos independentistas en nuestro subcontinente: Ceuta era lugar de
presidio para muchos de sus líderes, en lamentables condiciones, de ahí que no
guardaran un recuerdo precisamente agradable de su estancia en nuestra ciudad.
Los bloqueros y
peninsulares refieren que “Sólo revolucionarios cubanos de la
independencia vinieron unos setecientos , más luego no dejaron de ser enviados
otros a lo largo de todo el período que el antiguo presidio ceutí permaneció
abierto, en la época que tuvo más
reclusos llegó a albergar más de tres
mil.
La mayoría ocupaban las galeras del Hacho; otros los
llevaban al Cuartel Principal (Las Heras), a Las Balsas y talleres.
El Hacho, cuya cuesta entre los ceutíes, recibió el
nombre de "El calvario de los cubanos". El único consuelo de nuestros
criollos era que todos sus sufrimientos los hacían por Cuba. Terminada la
guerra , consiguieron la libertad. En la
ciudad se vivieron los cantos de lamentos de estos hombres que lucharon para
liberar su país, según escribieron: "Llenos de intensa alegría, por
nuestra libertad…”, versos que cantaban
a coro.
Ceuta en Cuba es sinónimo de penurias, maltratos,
hambre, vejaciones y muerte.
Bien atinado estaba El Coronel cuando metafóricamente depositó sus
heces en esa ciudad
autónoma española, situada en la península Tingitana, en la orilla africana del
estrecho de Gibraltar y bañada por las
aguas del mar Mediterráneo.
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