domingo, 13 de octubre de 2019

Mantequita para el bisté


Foto tomada de Internet
Creo que los cubanos estamos aprendiendo a comer más sano, en una enseñanza dilatada que dura mucho más de medio siglo y que implica de alguna manera la ruptura de cánones de belleza importados o heredados.
Litografías de los años 30 muestran a modelos de buen cuerpo, pero rollizas  o  doble ancho como las califica Salvita, el barbero de mi barrio, niños con roscas o dobles roscas en brazos y piernas y así y realmente no sé si tiene que ver con una visión que quisieron imponer los nazis en contra de la figura estilizada.

Cierto  es que en ese tiempo se instaba al consumidor a comer con manteca “pura de cerdo” especialmente de las marcas Swifft, Conchita y otras hasta que los productores de aceite de oliva, soya, maíz y otras oleaginosas pusieron el grito en el cielo y comenzaron una campaña de descrédito hasta que el público amainó las ingestas de este “engrase”.
Recuerdo  que nos encantaba freír el bisté de cualquier tipo con abundante óleo y después, al servirnos    poníamos por arriba la mantequita en cantidades casi navegables,  que si bien tenía un magnífico, sabor añadía una saturación de grasas pesadas a nuestras venas y arterias.
La cultura popular creció y supimos de la arterioesclerosis y otras enfermedades provocadas por una dieta descuidada y de verdad ha surtido efecto porque ahora muchas personas  se cuidan un poco más  y consumen aceite vegetal  en grandes cantidades lo cual también puede ser perjudicial para dolencias asociadas al colon.
Pero aún sé de personas que irrigan con grasa de cerdo o vegetal sus alimentos  y comen chicharrones a dos carrillos  y no les pasa nada ¿pero es la generalidad? ¡Claro que no!
Recuerdo que  cuando frisaba los 30 años el esposo de una parienta me recomendó que no abusara de las grasas y al ver los malos efectos que me causaba le hice caso y lo agradecí y agradezco hasta el sol de hoy .
En la actualidad vuelve con fuerza la polémica si es mejor una grasa que otra y hay una propaganda, sí propaganda  acerca de un alemán que envía al laboratorio una lata de manteca Swifft envasada hace 64 años y que según expertos mantiene intactas sus cualidades.
Por experiencia propia aconsejo que es mejor ingerir  más vegetales, fibras  vegetales y frutas que esas venenosas formas de “lubricación”.


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