Amistades, vecinos y conocidos de Ana Milla Sánchez manifiestan que
posee muchos rasgos positivos, pero sobre todo resalta entre sus cualidades la vocación de servir al prójimo.
Ella es quizás uno de los
principales exponentes de por qué los cubanos somos siempre solidarios, sobre todo en etapas
difíciles como la que afrontamos
a partir del feroz recrudecimiento del
bloqueo.
Las medidas
de contingencia implementadas por el Gobierno cubano, son recibidas con beneplácito
por la mayor parte del pueblo, en consonancia con el pensamiento y actuar de Ana, aunque subsistan personas
egoístas que no entiendan de eso.
Fue proverbial su eficacia laboral
cuando estaba activa, como técnica en Contabilidad en la empresa municipal de
Comercio y Gastronomía en Bayamo,
posiblemente no haya uno de los más de dos mil trabajadores de esa
entidad que no la recuerden por su excepcional
memoria que le permitía dar detalles de cualquier información relacionada con el tema.
Sin hijos; cuando sabía de un compañero
o compañera con un familiar enfermo, se desvivía por ayudarle y cuidar, ”especialmente por las noches” al aquejado
en cuestión, sin la espera de un pago, solo por el placer de servir.
Yo la conozco de nuestra etapa de la enseñanza
secundaria, -es unos tres años mayor que yo- y sabía ya de su popularidad pues su
bondad y simpatía ya eran conocidas.
Su hermano José sí era contemporáneo
conmigo y se sumó a la experiencia cuando
el peluquero español José Venegas, de
quien decían que jugó en el Real Madrid, inyectó a jóvenes bayameses
el amor por el deporte de las multitudes,
yo, quedé solo como espectador y veía desde la barrera los malhumorados
consejos del mentor ibérico: ¡ Órsay, carajo, Órsay! *
Me permito esta digresión, antes de explicar
que los hermanos vivían -y aún lo hacen-
en una casona de la calle Martí en el querido
y añoso barrio de San Juan, adonde ya adolescente requería los
servicios de un sastre tío de ellos.
Hoy ya septuagenaria, Ana sale mucho por las mañanas y cada vez que ve a
alguien necesitado, no vacila en tender su mano.
*(En
fútbol, fuera de juego, offside, fuera de lugar, órsay o posición adelantada es una regla de
carácter estratégico, introducida con la intención de ordenar el juego).
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