domingo, 28 de julio de 2019

Ni los británicos confían en Trump…

Algunas jornadas después, la tensión entre Estados Unidos y   Gran Bretaña  debido a  filtraciones reveladas por el diario The Mail of Sunday,  se mantiene.
Los “escapes” eran contentivos de mensajes del embajador británico en Washington, Kim Darroch, en los cuales calificaba  a Trump, como incompetente y disfuncional, entre otras  absurdas cualidades en un mandatario y que claramente aluden al rubio oxigenado.

El diplomático  censura asimismo las políticas de Estados Unidos  contra a Irán: «es incoherente y caótico»,   en clara alusión a la contra-diplomacia  de John Bolton. Y acerca de las llamados fake news (noticias falsas o realidades manipuladas) el embajador británico declaró que todos son verdad, en algún momento comenzarían a confirmarse, y la Casa Blanca se convertiría en campeona olímpica del descrédito.
Contradicción uno: el Ministerio de Relaciones Exteriores británico se hizo el chivo loco con lo filtrado del embajador, pero evaluó positivamente su labor.
  Ni corto ni perezoso, Trump como todo un energúmeno, vociferó desde Twitter para atacar a  Theresa May al frente del Brexit, (salida de la Unión Europea) la cual tildó de desastrosa, a la vez advertía, su anhelo de un Primer Ministro en Gran Bretaña más cercano a los planes estadounidenses y con una salida   de la Unión Europea lo más rápida y efectiva posible.
 Ojo nuevo candidato
Según   Darroch, Trump amenaza no solo a sus enemigos, sino a los aliados, entre ellos  la Unión Europea (UE). «No podemos hacernos ilusiones con ella, este es el país de América primero», asegura en la filtración. Un punto medular: ni los amigos del mandatario yanqui están a salvo de sus traiciones.
El propio Trump,  dijo que el embajador británico «no le prestó un buen servicio a Gran Bretaña, por lo cual no tratarán más con él». También habló de ese «inglés loco, tonto, estúpido… que le   endosaron en Washington».
  Entonces   Jeremy Hunt, ministro de Exteriores británico, recriminó  a Trump desde Twitter: «Los amigos se hablan con sinceridad y yo lo voy a hacer: esos comentarios son irrespetuosos y equivocados respecto a nuestra Primera Ministra y mi país». Hunt, además, dejó claro que si él es electo Primer Ministro, mantendría  en Estados Unidos el mismo embajador. Pero eso no sucedió.
Contradicción dos: «La situación actual me está impidiendo desempeñar mi papel como me gustaría hacerlo», expuso el embajador británico en Washington, Kim Darroch, en su carta de renuncia. ¿No   había dicho el canciller británico que mantendría a su embajador en la capital de Estados Unidos? ¿Quién entonces le metió velocidad como a  una oxidada caja de cambios?
Muchos piensan que de todos modos los ingleses “se amarillaron” y no quisieron enemistarse con los yanquis, es más el futuro  primer ministro Boris Johnson recibió duras críticas de la clase política por no respaldar al embajador británico en EE.UU.
En cambio   resaltó la «buena relación»   establecida con la Casa Blanca, afirmación recibida con  duras críticas  e inclusive el líder del partido laborista. Jeremy Corbyn, tuiteó al respecto: «La negativa de Boris Johnson a respaldar a Kim Darroch demuestra que no afrontará a Donald Trump ni defenderá al Reino Unido».
Claro que no: Johnson se quiere parecer a Trump como una gota de agua a otra.
La situación creada,  ha llevado a la renuncia del embajador británico y abre diversas interrogantes: ¿Quién está detrás de este escándalo? ¿Quién puede estar interesado en la renuncia del diplomático aliado? Ya no puede hablarse de Julian Assange y sus “secuaces”.
Al respecto un internauta   aseveró: “EL Reino- que no es unido- siempre  juega un papel de pelele incondicional del imperio yanqui,   no es de extrañar que sacrifiquen, una vez más, a uno de sus funcionarios, a pesar de haber defendido el honor mancillado del otrora gran imperio.
Se dejan sopapear por su amo, le ríen "sus gracias" y lo apoyan en sus abyectas decisiones- la más reciente el envío de tropas a Siria- o la detención ilegal y arbitraria de un petrolero persa en las proximidades de Gibraltar. Para mí queda claro a quién beneficia el escándalo y la dimisión del embajador británico en Washington, Kim Darroch; sin duda a los personajes más reaccionarios enamorados  de la carrera armamentista, al brexit duro y a todas las estrategias más reaccionarias de sus jefes imperiales en el planeta”.
Por su parte Trump hace evocar el título de un filme alusivo a un agente de inteligencia en la Segunda Guerra Mundial   intitulado: Fui leal para mis enemigos y para mis amigos perjuro, en el caso Trump ni los británicos escapan de sus traiciones.
Ya ni los británicos confían en Trump…

   

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