No
concibo a un cubano que no ame a José Martí, a su sacrificio enorme por el bien
“con todos y para el bien de todos” en la República que soñó, en su búsqueda
incesante para aunar voluntades en la preparación e inicio de la Guerra
Necesaria, por su inmolación en lo que es hoy altar de la Patria en Dos Ríos,
donde cayera hace 124 años de cara al sol, exponiendo su más grande verdad: el
amor por la libertad de la Patria.
Pero
los hay, existen algunos que desprecian
ese sacrificio, que como hicieran
coetáneos desagradecidos del Apóstol de nuestra independencia invocan su nombre
en vano o denigran todo el caudal de saber que plasmó en sus obras cuando la pluma
era arma y preparaba también para el combate físico.
Hay
quienes por los pelos toman una frase verdadera o pretendida del Maestro y la
manipulan o invitan a otros a la manipulación y a veces uno que ha leído
bastante (nunca lo suficiente) del legado del hombre de Dos Ríos
no la encuentra en ninguno de los 27 tomos, ni en el 28 compilado por amorosos
estudiosos de la Obra del más universal de los cubanos, ni la encontrará en los
que salgan a la luz como fruto de esas investigaciones.
Considero
que para venerar a Martí es decisivo haber contado con maestros martianos desde
los primeros años de la enseñanza, por suerte a mí me sucedió: fue martiano mi
padre, un tabaquero con una voracidad insaciable por la lectura y que gustaba
de leer en voz alta las Pasionarias
del poeta romántico mexicano Manuel María Flores, contemporáneo y amigo de Martí que asistió a muchas tertulias cenáculo de bardos mexicanos de la época.
También
leía mi viejo los hirsutos Versos libres y me explicaba.
Pero
me impresionó mucho una obra de teatro de nuestro Apóstol que mi viejo leyera
en varias partes aunque después supe que constaba de solo un acto y que tuvo honda repercusión cuando fue escrita y todavía trasciende.
Se
intitula Amor con amor se paga fue
la obra de teatro de juventud de José Martí Pérez, escrita y llevada a escena
en México en el Teatro Principal el 19 de diciembre de 1875. Esta obra tiene
solo acto en el que intervienen dos personajes nombrados, Julián y Leonor,
quienes pretenden representar una obra a partir de un proverbio, inician
buscando el más adecuado, hasta que deciden la obra a partir del proverbio Amor
con amor se paga, los actores deciden entonces tomar los nombres de Teresa y
Julián, inicia entonces una escena de amor entre ambos hasta que Julián declara
su amor no a Teresa (personaje) sino a Leonor (actriz).
Finalmente se dirige el actor al público y
expresa los verdaderos sentimientos del autor de la obra, quien por estar
ausente de su patria, sufre dicha lejanía y escribe una obra de poco valor para
distraer a otros. Obra teatral de acto único. Combina tres elementos que a
muchos lectores les interesarán: el arte escénico, la poesía y el
amor."¿Me querrá?" No son pocos los que alguna vez se hicieron esta
pregunta. Muchos se identificarán con este clásico escrito por José Martí,
durante su exilio en París, para la actriz Concha Padilla. Obtuvo la ovación de
la crítica.
Pero ahondando un poco más conocí que La obra fue escrita por José Martí Pérez a solicitud de Enrique Guasp de Peris. Esa petición, a su vez, se situó en el contexto del proyecto de estímulo al teatro mexicano presentado por Enrique Guasp de Peris y apoyado con una subvención del gobierno a partir del 2 de septiembre de 1875.
Pero ahondando un poco más conocí que La obra fue escrita por José Martí Pérez a solicitud de Enrique Guasp de Peris. Esa petición, a su vez, se situó en el contexto del proyecto de estímulo al teatro mexicano presentado por Enrique Guasp de Peris y apoyado con una subvención del gobierno a partir del 2 de septiembre de 1875.
La
noche del estreno, el domingo 19 de diciembre de 1875, según se hace constar,
no aparecía el nombre del autor en el anuncio de la obra. De él solo se decía
que era ilustrado y modesto.
La
obra fue acogida con grandes aplausos, José Martí Pérez que contaba entonces
con 22 años, recibió en escena una corona de laurel, regalo de la compañía de
Enrique Guasp de Peris, por mano de la actriz mexicana Concha Padilla.
Luego
de la puesta en escena varios diarios publicaron opiniones sobre la misma:
"Solo
un hombre de talento puede hacerse aplaudir de un público en una obra dramática
que carece de trama y que el principal mérito consiste en la belleza de la
forma y el contraste de caracteres".
Otra razón adicional para amar la vida y obra del hombre de la Edad de Oro.
Otra razón adicional para amar la vida y obra del hombre de la Edad de Oro.
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