La
informatización de la sociedad cubana abarca progresivamente todas las ramas del saber como
una suerte de pulpo benéfico; una de las
favorecidas es la educacional en
específico, la labor docente.
Eso
exigió y continúa exigiendo una superación constante de maestros, profesores y
auxiliares en su mayor parte inmigrantes informáticos en contraposición con los
alumnos y estudiantes que como nativos digitales se beben las nuevas
tecnologías y dejan atrás a sus mayores.
Recordemos que según los términos acuñados por Marc Prensky en 2007 dentro de los nativos digitales están
incluidos los niños y jóvenes nacidos a
partir de 1990, que han crecido con las tecnologías digitales y que son “naturales”
al lenguaje de los ordenadores,
videojuegos e Internet.
Los
inmigrantes digitales, en cambio, son las personas mayores entre 35 y 55 años,
nacidos en la era pre-digital, por lo que estamos atados a una lengua materna
diferente a la que utilizan los nativos digitales.
Más
aun en la actualidad cuando diversas plataformas digitales son más asequibles a los pupilos que a los maestros,
tanto por el poder adquisitivo de los padres, regalos de amistades o por
cualquiera otra causa y así tienen el teléfono más moderno o se conectan a cualquiera de los consultores como Wikipedia esa enciclopedia “libre”, cosmopolita y editada
de manera colaborativa que le puede ir haciendo competencia al educador,
a veces en una desleal emulación, pues los contenidos está casi siempre condicionados
a sobredimensionar los valores del llamado mundo occidental sobre el tercer mundo o los países socialistas. Sin
duda un desafío en el cual debemos preparados
muy bien para contender en igualdad de condiciones.
Pero
ya en el aula el desafío es mayor si el profesor no se da cuenta o se hace de
la vista gorda, entonces en sus propias
narices los estudiantes estarán consultando internet, leyendo una novela,
disfrutando un juego virtual, por eso el pedagogo ha de estar alerta como un lince: si los ve tranquilitos o
ensimismados, buscar la causa y de seguro la encontrará.
Mención
aparte merece el fraude en las evaluaciones pues si nos descuidamos nos pasan
gato por liebre.
Vale
mucho que el profesor no permanezca
estático, sino que transite por el aula y revise, evalúe continuamente qué hacen sus alumnos y exija la
merecida atención.
Aquí
me viene a la mente un activo de profesores noveles en el cual participó este
redactor en 1970, en el cual la principal discusión estaba en si la disciplina debía ser impuesta o consciente
y este propio con escasos 20 años
manifestaba que debía ser impuesta, primero por la sapiencia del docente, por una
maestría que debía enamorar a los alumnos de su materia y entonces y solo
entonces sería consciente.
Hoy
sucede otro tanto el pedagogo debe pasar
todos los cursos informáticos que le caigan a mano, pero para aprovecharlos al
mil por ciento, eso le dará respeto, ¿las nuevas tecnologías? apropiárselas para
hablar de usted a usted con los chicos.
He
visto ejemplos magníficos en lecciones
de Cultura política, asignatura un tanto ardua para los pupilos, pero si es impartida con todo lo que ella puede llevar,
llevará a los jóvenes al análisis
reflexión y podrán entender mejor el mundo convulso en que vivimos.
Por
mi parte hago amagos para pasarles contenidos por Zapya esa aplicación
para compartir archivos peer-to-peer (red de pares, red entre iguales o red
entre pares) a mis alumnos y eso me ha hecho más interesante su participación
.
Es
un intento sí pero un buen intento.
El norteamericano MARC PRENSKY es
fundador y director ejecutivo de Games2train -compañía de aprendizaje basado en
el juego- y
fundador de The Digital Multiplier
-organización dedicada a eliminar o
paliar la brecha digital que subyace
hoy en la enseñanza y en el aprendizaje en todo el mundo-. Es un extraordinario
orador y conferenciante,
escritor, consultor y diseñador de
juegos de aprendizaje, muchos de los
cuales ya se utilizan en el mundo de
la educación.
Asimismo, es el creador de los sitios
www.SocialImpactGames.com,
www.DoDGameCommnunity.com y
www.GamesParentsTeachers.com
Marc Prensky tiene un MBA por la
Universidad de Harvard y un Máster en Pedagogía por la Universidad de Yale.
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