Es
una deliciosa bebida muy popular en Cuba. En varias zonas, se elabora con maíz
seco muy tostado molido con azúcar y es el pinol. En Baracoa, identifican al
chorote como chocolate casero bien espeso, elaborado con polvo de cacao. Y esto
se parece más a este uso del maíz en algunas culturas prehispánicas pues el chorote
es también una de las bebidas hechas con
cacao cuya elaboración permanece en Tabasco, México, donde irradia popularidad desde el Festival del Chocolate en las tierras
tabasqueñas.
En
nuestro contexto bayamés y específicamente en nuestra casa, era una fiesta
cuando veíamos a Concha, nuestra madre, tostar los hermosos granos de maíz que
reventaban con chasquidos y luego molerlos a lo que ayudábamos un poco porque enseguida con un
poco de azúcar podíamos degustar el pinol, polvo con el que era fácil
atragantarse, pero que hacía las delicias de la gente menuda del barrio.
Ese
mismo polvo se ponía a hervir con leche y era el consabido chorote, quizá de no muy
buen aspecto, pero con unas propiedades energéticas extraordinarias.
Recuerdo
a José Luis, un primito, que vino a quedarse con nosotros una semana y al
servirle el desayuno se sobresaltó: “Tía, ¿por qué usted le echa tierra a la
leche?
Dios
y ayuda costó para convencerlo, pero cuando concluyó su visita era un chorotero
convencido.
Bueno,
la verdad es que después de un desayuno de ese calibre podíamos estar corriendo
y saltando todo el día y si no fuera por la mirada vigilante de nuestros padres
habríamos saltado con gusto el almuerzo.
Sucede
que nuestro humilde chorote no contaba con el despliegue propagandístico de los
Corn flakes de Kellog´s, de haberlo tenido podría haber sido un digno contrincante en el
mercado.
Con
los años me llegó una intolerancia a la
lactosa que fue in cescendo hasta el presente, cuando contaba con 22 o 23 años
emprendí una excursión con otros seis
camaradas al Pico Turquino, la máxima altura cubana; en el histórico sitio
conocido como Minas de Frío, el desayuno era gofio de maíz con leche y yo
decliné la invitación por lo que acabo de explicar, pero una cocinera gorda y
bonachona, como suelen ser, me preparó aquello ¡con agua!
Ese
día iniciaríamos nuestra caminata hasta la costa sur granmense con escalas por
supuesto, la jornada anterior yo había tenido problemas con el peso de una
mochila descosida y llegue a duras penas a Minas, pero después de la inyección
de gofio tal parecía que Mercurio me había prestado las alas de sus pies y era
yo quizás el más raudo entre mis compañeros.
Cuando
una de mis hijas comenzó a estudiar en la Universidad de Ciencias Informáticas,
tostaba yo el maíz que devendría chorote
y todo el día la tenía energizada, además de
los platos que allí servían en gigantescos comedores.
Un
campesino, con un vaso de chorote y unas bolas de harina aplastada y tostada al estilo de tortillas puede estar
una jornada pegado al surco sin mostrar
síntomas de cansancio.
El Popol Vuh es un relato épico basado en las
leyendas de la extraordinaria civilización maya-quiché, describe la creación y
el crecimiento de los árboles y la vegetación, que precedió al hombre, y luego
de los animales, a los cuales se les dio un paraje especial. Con varios
elementos se ensayó el material para hacer al hombre, hasta que el maíz fue el
definitivo.
O sea que el maíz y por extensión el chorote
tienen de lo humano y lo divino.
No hay comentarios :
Publicar un comentario