lunes, 1 de octubre de 2018

Chorote


Es una deliciosa bebida muy popular en Cuba. En varias zonas, se elabora con maíz seco muy tostado molido con azúcar y es el pinol. En Baracoa, identifican al chorote como chocolate casero bien espeso, elaborado con polvo de cacao. Y esto se parece más a este uso del maíz en algunas culturas prehispánicas pues el chorote es  también una de las bebidas hechas con cacao cuya elaboración permanece en Tabasco, México, donde irradia popularidad  desde el Festival del Chocolate en las tierras tabasqueñas.

En nuestro contexto bayamés y específicamente en nuestra casa, era una fiesta cuando veíamos a Concha, nuestra madre, tostar los hermosos granos de maíz que reventaban con chasquidos y luego molerlos a lo  que ayudábamos un poco porque enseguida con un poco de azúcar podíamos degustar el pinol, polvo con el que era fácil atragantarse, pero que hacía las delicias de la gente menuda del barrio.
Ese mismo polvo se ponía a hervir con leche  y era el consabido chorote, quizá de no muy buen aspecto, pero con unas propiedades energéticas extraordinarias.
Recuerdo a José Luis, un primito, que vino a quedarse con nosotros una semana y al servirle el desayuno se sobresaltó: “Tía, ¿por qué usted le echa tierra a la leche?
Dios y ayuda costó para convencerlo, pero cuando concluyó su visita era un chorotero convencido.
Bueno, la verdad es que después de un desayuno de ese calibre podíamos estar corriendo y saltando todo el día y si no fuera por la mirada vigilante de nuestros padres habríamos saltado con gusto el almuerzo.
Sucede que nuestro humilde chorote no contaba con el despliegue propagandístico de los Corn flakes de Kellog´s, de haberlo tenido podría  haber sido un digno contrincante en el mercado.
Con los años me llegó una intolerancia  a la lactosa que fue in cescendo hasta el presente, cuando contaba con 22 o 23 años emprendí  una excursión con otros seis camaradas al Pico Turquino, la máxima altura cubana; en el histórico sitio conocido como Minas de Frío, el desayuno era gofio de maíz con leche y yo decliné la invitación por lo que acabo de explicar, pero una cocinera gorda y bonachona, como suelen ser, me preparó aquello ¡con agua!
Ese día iniciaríamos nuestra caminata hasta  la costa sur granmense con escalas por supuesto, la jornada anterior yo había tenido problemas con el peso de una mochila descosida y llegue a duras penas a Minas, pero después de la inyección de gofio tal parecía que Mercurio me había prestado las alas de sus pies y era yo quizás el más raudo entre mis compañeros.
Cuando una de mis hijas comenzó a estudiar en la Universidad de Ciencias Informáticas,  tostaba yo el maíz que devendría chorote y todo el día la tenía energizada, además de  los platos que allí servían en gigantescos comedores.
Un campesino, con un vaso de chorote y unas bolas de harina aplastada  y tostada al estilo de tortillas puede estar una jornada  pegado al surco sin mostrar síntomas de cansancio.
 El Popol Vuh es un relato épico basado en las leyendas de la extraordinaria civilización maya-quiché, describe la creación y el crecimiento de los árboles y la vegetación, que precedió al hombre, y luego de los animales, a los cuales se les dio un paraje especial. Con varios elementos se ensayó el material para hacer al hombre, hasta que el maíz fue el definitivo.
 O sea que el maíz y por extensión el chorote tienen de  lo humano y lo divino.

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