domingo, 11 de diciembre de 2016

La sencillez y modestia pilares de una personalidad

Carlos, al extremo derecho con las manos en los bolsillos
Hoy es el secretario general del Sindicato Nacional de trabajadores Azucareros en Granma y como tal, en estos momentos de una contienda cañero azucarera recién nacida, anda de aquí para allá precisando detalles, para que la emulación especial de zafra que impulsa el gremio junto a las direcciones provinciales de Azcuba,fructifique.
Pero las vivencias en torno al devenir de Fidel en los largos y fructíferos  años que estuvo entre nosotros no se les borran de la mente y siempre encuentran vía para la evocación.
Carlos de Jesús Verdecia, entonces joven cuadro de la  Dirección Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, se suma en 1999, como el resto del pueblo cubano  a la lucha por el regreso a Cuba del niño Elián González, lo mismo estaba en una tribuna abierta  o en  una  mesa redonda, las cuales dieron inicio a aquel hito histórico denominado Batalla de Ideas por Fidel y  todo el pueblo.
“Fidel –evoca Carlos- iba todas las tardes a las mesas redondas; al terminar, de modo individual,  saludaba a cada uno de los asistentes, y conversaba con ellos acerca de su organismo,  origen, el impacto que creíamos  tendría esta o  aquella mesa redonda  en particular en el regreso del pequeño a su legítimo seno familiar.
“A nosotros (cuadros juveniles)  nos tocaba multiplicar las acciones esbozadas en esos espacios con los miembros de las Federaciones Estudiantil Universitaria y  de Estudiantes de la Enseñanza Media y la propia UJC.
Una tarde, al terminar el encuentro unas muchachas   pedían autógrafos al Comandante en Jefe, quien accedió de inmediato, yo estaba en un extremo, y evidentemente me daba un poco de pena dirigirme a él;  al percatarse, después de extenderme la mano  e indagar  sobre mi procedencia y conocer que soy de Granma, de Media Luna en específico, me mira fijamente  y como rememorando pasajes de la etapa revolucionaria y de mucho antes en las guerras libertarias mambisas o un poco más acá en las gestas internacionalistas  expresa: “Esa es una tierra llena de hombres y mujeres valientes”, no hizo falta decir, más   mi mente voló hacia las hazañas de Celia, Juan Vitalio Acuña, Raúl Podio Saborit y tantos otros que desde los albores de la nacionalidad   supieron poner en alto el nombre de mi terruño.
 Fidel motivó mi orgullo por la Patria chica como tantas veces aprendemos en la escuela, pero escucharlo de labios de un hombre de su talla y dimensión política e histórica lo ponía todo en un contexto engrandecedor.
“Quienes lo conocimos pudimos percatarnos de la  sencillez y modestia de este héroe convertido en pueblo”.



 

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