domingo, 15 de mayo de 2016

Fortalecer el frente conjunto



Con beneplácito muchos televidentes observamos a expertos y periodistas especializados  abordar  con fuerza   el  mal del estiércol y la orina  equinos  en ciertas calles bayamesas durante  el más reciente programa de opinión Entre signos, de la CNC televisora  granmense.
Profesionalidad y pensamiento objetivo  no solo señalaron ese feo lunar de nuestra ciudad y de otras de Granma y el Oriente,  sino esbozaron soluciones concretas,  esos son modos de oponer un frente común al problema.
También pudimos notar la diversidad de criterios, especialmente, entre cocheros y personas afectadas, algunas de las cuales criticaron este problema que indudablemente puede afectar la salud humana.
Inexplicablemente, algunos defendieron el “derecho” de esos conductores a ensuciar las calles,  casi parecían decir: “Pobrecitos, ellos no tienen la culpa”.

Cuando comenzaba estas  primeras líneas un colega como una forma de dar  cuero, me preguntaba que  hasta las cuantas iba tratar este asunto, pues  los lectores estarían  cansados de lo  mismo.
Solo sonreí,  pues además del inaplazable seguimiento del tema pienso tratarlo mientras sea necesario, porque comencé desde hace casi una década y si en ese momento hubo cierta solución , la cuestión renace, si no que lo digan quienes durante estos días lluviosos debieron  moverse  por la ruta del mal  olor y  la suciedad.
Las quejas continúan lloviendo  a esta redacción,  y a las de la radio y la televisión local, lo mismo desde la avenida Frank País, del reparto Jesús Menéndez,   la calle 8 de Roberto Reyes o de toda la extensión de Línea   hasta la avenida Jimmy Hirzel.
Con las manos en la cabeza los vecinos de allí ven  convertirse al pavimento en  pasta verde que infecta lo que toca; si es  seco,  el polvo forma una   nube malsana para alimentos, objetos y personas, que apenas pueden hablar cuando sopla el viento por el temor a tragar el tóxico. 
Siempre pienso, debíamos hacerlo todos, en los obreros de la Empresa de Servicios Comunales quienes deben  fajarse  a diario con “aquello”    con peligro para su integridad.
Simplifiquemos: los poseedores de carruajes legales   generalmente  velan por la limpieza, los ilegítimos van por la izquierda y a veces les importa un pito cualquier cosa   y por tanto dejan desbordar las deposiciones.
Muchas variantes como  el caso del doble saco,    han sido ensayadas, pero al parecer no han prendido.
Esos desechos  causan daño a la salud humana, afean y ensucian     y en esto debemos actuar todos   de manera particular y  conjunta, esa es otra arista del frente común, aunque algunos lo hagan  de oficio como  los distintos medios de Prensa, la  Asociación de cocheros, Comunales, Salud pública,   los especialistas del CITMA de  ahí el llamado a integrar a toda la población, para que   ese “manto”, jamás   adorne el asfalto.
Hasta hace un tiempo debajo del puente de Los Elevados, hoy hermosamente embellecido ,  los inconscientes vaciaban el saco y aquello era una verdadera ofensa al sentido común y la limpieza ... pero el problema se  mudó de sitio y fue  peor, ahora prolifera.
El Decreto-ley 272  regula,  y  además, sanciona a los infractores; es la hora de utilizarlo   debidamente, porque están quebrantando elementales normas de convivencia, recordemos que la ley obliga por sí misma.
Amigo cochero, vacía el saco antes del derrame, evadirás  problemas y los evitarás a tus conciudadanos.

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