Es
solo un segmento enmarcado entre las calles Paseo General García y Céspedes,
pero tiene una vitalidad gastronómica que muchas rutas más largas envidiarían.
Y precisamente
ahí radica una ironía descomunal: muchos la llaman El callejón del hambre,
cuando brinda una de las más socorridas
formas de merendar o acaso de almorzar
de quienes viven y/o trabajan en los
alrededores, pues sus bajos precios le hacen una injusta competencia a los
restaurantes de la zona.
Una
decena y a veces veintena de carritos expenden helados, toda suerte de frituras
y fritangas, e incluso las casi desaparecidas
minutas de pescado que hacen las delicias de sus adeptos.
¿Cómo
surgió? Ante el deterioro ambiental que sufría el Paseo en las festividades de las denominadas Noches de la Cubanía,
las autoridades locales decidieron retirar los puestos de ventas de comida de
la central Plaza de la Revolución y del propio
Paseo… puntos y carritos empezaron a llenar laterales de la calle Saco, pero
hace cerca de una década a alguien se le ocurrió acertadamente utilizar la
única cuadra de la calle Luz Vázquez y Moreno, efectiva solución.
Los
visitantes de otros municipios, provincias y “foráneos foráneos” se maravillan
de que en tan poco espacio haya dinamismo
tal, por eso no se olvidan de eternizarlo en sus cámaras antiguas, o de última generación,
acaso como algo pintoresco que los habitantes no “vemos”.
Claro
tiene sus detractores, por ejemplo quienes como yo evitan comer grasas
saturadas, pasan de largo mirando de reojo una empanada con esa mezcla de rabia
y admiración con que nuestro Enrique Núñez Rodríguez definiera la
envidia.
Desde
muchísimo antes de escribir esta viñeta sabía que me enfrentaba a una inusual muestra de la toponimia, (parte de la onomástica que consiste en el
estudio etimológico de los nombres propios de un lugar) pero al consultar la Wikipedia, donde
cualquiera pone lo que quiere, comprobé que es realmente especial.
Y
los es porque no describe o enumera ninguna característica física del lugar, sino que
resulta especialmente sobresaliente o relevante el sarcasmo con que le pone
apodo.
No
tiene su origen en nombres de persona o
derivados de ellos como sucede con la calle original: Luz Vázquez y Moreno, en
honor de la linda trigueña que inspirara la famosa canción “La Bayamesa”, cuyas
notas sirvieron años después para, cambiando su letra, exaltar el ánimo de los
valientes libertadores cubanos de Carlos Manuel de Céspedes, tampoco el actual nominativo
desciende de voces de origen desconocido,
generalmente procedentes de nombres comunes antiguos.
…
a decir verdad, eso de Callejón del hambre no tiene pies ni cabeza.
No hay comentarios :
Publicar un comentario