domingo, 15 de noviembre de 2015

Una escuela igual, pero distinta



Parafraseando al gran escritor cubano  Pablo de la Torriente Brau en su inefable  Realengo 18:   “quien quiera conocer una escuela distinta, donde conviven armoniosamente  adolescentes y  jóvenes de tres enseñanzas, que se vaya al barrio bayamés de Mabay, al centro mixto José Costa Velázquez.”
Allí le dispensaron la más hermosa de las  bienvenidas a los delegados  bayameses a la Asamblea provincial del Partido Comunista d e Cuba  que se efectuará el 4 de diciembre próximo.

Atardecía, dos filas de chicas y muchachos aguardaban durante horas la llegada de los  delegados, retrasados por esa magia negativa de los recorridos que suman minutos en cada estancia, por las reuniones y  entrevistas entre visitados y visitadores  y después   puede   convertir en  impuntuales a lo segundos.
No obstante, los chicos en dos filas con uniformes mezclados de secundaria básica, preuniversitario y enseñanza técnica y profesional coreaban cantos patrióticos   al paso de  los asambleístas.
Minutos después, en formación simétrica, escucharon las presentaciones y aplaudían con un ritmo acompasado e increíble. En un costado en un polígono de construcción cinco muchachos levantaban un muro cuya argamasa era barro, pero cuya verticalidad  apuntaba al cielo, los profesores nos ilustran: “Es una brigada abanderada  en la plaza de la Revolución bayamesa denominada Retos y desafíos”, y ni siquiera nos extrañamos de que ambos vocablos significaran lo mismo porque de verdad saben afrontar el futuro.
Todavía no entiendo bien como conviven aquellos 911 jóvenes tan distintos y a la vez tan iguales, Carmen Arjona, una profesora que antes fue mi alumna en preuniversitario, da la clave: “Provienen del campo y eso quizás les haga   más disciplinados y amables.”
Allí radica un pelotón de corte mecanizado con dos combinadas de corte KTP, seis tractores, dos trenes de carretas, novia, cocina móvil… en fin un pelotón como los de los cañeros de profesión, pero son estudiantes  de mecanización agropecuaria quienes en ellas hacen sus prácticas prelaborales en período de cosecha.
Ya cuentan con una máquina lista pata iniciar los cortes  y la otra se encuentra al 60 por ciento, que en los primeros días de diciembre serán cabalgadas por jóvenes y “jóvenas”  (como decía mi viejo) que  estarán derribando los dulces tallos para contribuir al desarrollo económico local, son los mismos que obtuvieron un lugar destacado en la reciente feria  de mecanización de centros de su tipo efectuada en Florida, Camaguey.
Allí  se forman verdaderos valores de laboriosidad, solidaridad  y patriotismo, entre otros, en fin, es  una escuela igual a las demás pero distinta en esencia.

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