Cuando la vida pareció darle un mazazo, Nuria María
Márquez Labrada decidió no rendirse y fue salvada por la combinación de las mejores técnicas terapéuticas y el
arte que empezó a llenar el ocio que de pronto le llegó.
Fue diagnosticada de una dolencia fatal: carcinoma
epidermoide en cérvix, grado 4 justo al
cumplir sus 43 años, la atención hospitalaria exquisita en el hospital
oncológico de la capital cubana le produjo una mejoría notable y regresó a su casa en el barrio bayamés de La
Pedrera.
“En mejor estado de salud y sin poder dedicarme a mi
ocupación habitual como especialista de seguridad, protección y defensa de la
Oficina provincial de Patrimonio, como modo de entretenimiento comencé a
derretir cera teñida sobre botellas,
jarrones vasos… y empecé a crear formas y colores como un singular modo de curación.
Presenté mis piezas en la casa de cultura 20 de Octubre
de la Ciudad Monumento Nacional y como
tuvieron gran aceptación, me invitaron al Crisol de la Nacionalidad Cubana,
televisión granmense y a otras televisoras de la región oriental, allí
explicaba y demostraba lo que hacía.
"Mis piezas han tenido gran demanda e incluso por esa
causa he tenido que vender algunas de
las colecciones que he formado.
"Esto me hace tremendo bien, cuando caigo en crisis debo
recesar, pero al mejorar recomienzo y es como una medicina milagrosa,
también hago muñequería, pero eso lleva muchos recursos, esto y cuidar niños,
es mi vida, pues soy pensionada.
Mis compañeros de Patrimonio y yo mantenemos una estrecha
y cariñosa relación: me ayudaron mucho cuando me diagnosticaron y después y aún
lo hace: me invitan a todas sus fiestas y actividades, me sigo sintiendo parte
de ellos.
Se confiesa enamorada del proyecto Rumbos y como vacacionista ha visitado varias
instituciones en los municipios, “es la mejor manera de aprender la historia,
sobre todo para niños y jóvenes que pueden
hacer magníficos ejercicios de redacción
al regreso de uno de sus viajes”.
Pienso que la vida es un tren en el que una sabe cuando se monta, con estaciones
intermedias favorables o no, pero como no sabe cuál es la estación final hay que aprovechar el viaje de la mejor manera posible y una es crear, tengo 50 años y pienso vivir muchísimos más".
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