domingo, 11 de octubre de 2015

Restablecida por el arte



Cuando la vida pareció darle un mazazo, Nuria María Márquez Labrada decidió no rendirse y fue salvada por la combinación  de las mejores técnicas terapéuticas y el arte que empezó a llenar el ocio que de pronto le llegó.
Fue diagnosticada de una dolencia fatal: carcinoma epidermoide en cérvix, grado 4  justo al cumplir sus 43 años, la atención hospitalaria exquisita en el hospital oncológico de la capital cubana le produjo una mejoría notable y regresó a su casa en el barrio bayamés de La Pedrera.
“En mejor estado de salud y sin poder dedicarme a mi ocupación habitual como especialista de seguridad, protección y defensa de la Oficina provincial de Patrimonio, como modo de entretenimiento comencé a derretir  cera teñida sobre botellas, jarrones vasos… y empecé a crear formas y colores como un singular  modo de curación.
Presenté mis piezas en la casa de cultura 20 de Octubre de la  Ciudad Monumento Nacional y como tuvieron gran aceptación, me invitaron al Crisol de la Nacionalidad Cubana, televisión  granmense y a otras  televisoras de la región oriental, allí explicaba y demostraba lo que hacía.
"Mis piezas han tenido gran demanda e incluso por esa causa  he tenido que vender algunas de las colecciones que he formado.
"Esto me hace tremendo bien, cuando caigo en crisis debo recesar, pero al mejorar recomienzo y es como una medicina milagrosa, también hago muñequería, pero eso lleva muchos recursos, esto y cuidar niños, es mi vida, pues soy pensionada.
Mis compañeros de Patrimonio y yo mantenemos una estrecha y cariñosa relación: me ayudaron mucho cuando me diagnosticaron y después y aún lo hace: me invitan a todas sus fiestas y actividades, me sigo sintiendo parte de ellos.
Se confiesa enamorada del proyecto Rumbos y  como vacacionista ha visitado varias instituciones en los municipios, “es la mejor manera de aprender la historia, sobre todo para niños y jóvenes que  pueden hacer magníficos ejercicios de  redacción al regreso de uno de sus viajes”.
Pienso que la vida es un tren en el  que una sabe cuando se monta, con estaciones intermedias favorables o no, pero como no sabe cuál es la estación final hay que aprovechar  el viaje  de la mejor manera posible  y una es crear,   tengo 50 años y pienso vivir muchísimos más".


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