Interactuar
con el periodista Félix Milián Milián, de la Agencia de Información Nacional,
es sin duda un privilegio, pues permite conocer a alguien para quien no existen
barreras.
Lo
conocí recién llegado de un azaroso viaje desde la capital del país hasta Río
Cauto, donde se inauguraría el primer centro de atención a sordociegos de Cuba
este 26 de junio.
Pero qué digo: las guaguas se cruzaron… Félix
y treinta y tantas personas más pasaron por la entrada de Río Cauto, llegaron a
Bayamo y luego retornaron a Río Cauto.
Cuando supo del extenso programa: hospedaje en Villa Cautillo, a unos 12 kilómetros de
Bayamo, unos 34 desde Río Cauto, ida al día siguiente a Cauto Cristo (otros
veintipico) exclamó: “¡A cuantos Cautos
y lugares van a llevarnos, recuerden que llevamos varias horas dando rueda!”.
Yo
lo animaba diciendo que era para que
conocieran más lugares de Granma…
Al
otro día, descansado y enfundado en una elegante camisa, Félix era todo optimismo; conocedor de quien era decidí entrevistarlo.
Félix
comenzó a quedarse ciego desde los seis años, a los 12 ya la oscuridad lo
envolvió totalmente y tuvo que dejar la escuela, pero no se dejó derrotar, después
siguió estudiando, hizo el bachillerato y más tarde matriculó y se graduó en
1972 de periodismo en la Universidad de la Habana.
“Pero
antes fui billetero del Instituto
Nacional de Ahorro y Vivienda que
presidió Pastorita Núñez…aprendí toda la Habana vendiendo billetes en las guaguas,
después lo hice en bares y establecimientos.
Ahora
con 74 años a cuestas, este profesional de la prensa hace 42 que reporta para la AIN desde donde ha
llevado a sus lectores coberturas de hechos trascendentes para Cuba, nacional e
internacionalmente; la sordera la minimiza
con el equipo correspondiente.
Tiene
una vida riquísima: vive en Bejucal y desde allí reporta en tinta (máquina de escribir convencional) o braille.
Habla
con mucho orgullo y ternura de Rosa Amelia, su esposa, la primera sordociega adulta de Cuba a quien
se le impuso un implante coclear pues en
el año 2000 quedó sorda total, pero no
dejó de trabajar, atendía un aérea
especial para ciegos en la biblioteca pública de Bejucal, trabajó 28 años, hace
un año falleció, pero disfrutó durante 14 años del implante y de volver a oír
Antes
Félix trabajaba en la antigua provincia
de la Habana, es el primer periodista ciego, siempre de prensa escrita aunque muchos despachos o servicios especiales
son usados en la radio.
Esta
muy feliz con dos hijos, hembra, un varón y sus tres nietos.
Fue
fundador de la Asociación Nacional del Ciego en la antigua provincia de La
Habana y todavía trabaja para la institución en Bejucal.
Departí
con él y los dos cubrimos el acto por el
vigésimo aniversario del programa de atención sordociegos, efectuado en Babiney, yo tomaba
notas y el lo hacía con la tablilla Braille a tal velocidad que muchas veces me
dejaba a la zaga.
El optimismo y una voluntad émula del granito son aliento de vida en Félix Mi
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