domingo, 14 de junio de 2015

Ingeniosa cubanía


El carisma de Tomasita Quiala Rojas en la escena florece memorable, el diálogo en verso o prosa con su público se torna ora chispeante, ora retador, ora amable “dicen que rompo la estructura de las galas, por naturaleza tan serias”.
Todo eso pudo conocerlo el público bayamés en la duodécima edición del festival de artistas aficionados de la asociación nacional del Ciego en honor a Frank Emilio Flint, ese excelso músico cubano que, como Tomasita, veía con los ojos del alma.
En privado es igualmente notable, capaz de ratificar su identificación total  con  la Revolución, el amor por su archipiélago, defendido hasta con saña ante los provocadores o corroborar o negar los  inevitables rumores que acompañan al artista.
“Me comporto abierta en la escena mostrando, la idiosincrasia, esa simpatía tan característica del cubano; lo más notable fuera de Cuba es que  en muchas entrevistas tratan de incitarme a  que hable mal de la Revolución, pero siempre le salgo al paso.
“Aquí, por ejemplo, si hay un apagón, protesto,  pero en el exterior no permito que me le pongan defectos a Cuba, porque para criticar deben mirarse primero los suyos.”
La llamada Reina del repentismo no se considera famosa, aunque es una de las pocas  -y valiosísima -cultoras de  la décima y su compañero el repentismo en lengua castellana, lo que le ha valido diversos apelativos, pero quizás uno de los mejores, que denota su celeridad de pensamiento y rápida respuesta en las controversias es  Flecha del pensamiento, merecido en España, específicamente en Islas Canarias.
El repentista es un innovador de la lengua en el arte de acomodar las palabras, es ciertamente un don, Tomasita piensa que el repentismo no es más que una conversación cantada, si quien la ejecuta es buen comunicador puede ilustrar a quien los escucha sobre historias presentes o la más inmediata actualidad, pero de forma rimada y cantada.
La Alondra de la Lisa, como también la llaman, confirma un rumor que su entrada al arte vino por la vía de la indignación y el  espíritu justiciero.
 “Octubre de 1982, me faltaban dos meses para cumplir 22 años, jamás había  ´repentizado´ era declamadora  de poemas propios y ajenos;  me preparaba para un festival de la Anci, iba con una amiga a  arreglarme las uñas y probarme un vestido… de pronto oigo a dos improvisadores,  uno ofende gravemente al otro y no pude más, e intervine a favor de la víctima con una décima que comenzaba con la palabra ofensiva, composición que nunca ha podido decir ante  los medios porque la palabra era sumamente fuerte”, allí nació para el arte esta holguinera que vive desde los ochos años en La Habana.
“A esa  edad tuve que irme para la capital donde estaba la única escuela para ciegos de Cuba, ahora, gracias a la Revolución las hay en todas las provincias.”
“La música campesina es amada en todo el país, pero no sabía que en Granma tenía tanto arraigo, tanta tradición… nunca había estado en la provincia, no conocía a Bayamo ni a su gente, es un privilegio haberlo hecho con la gente de la Anci.
 Con respecto al presente y futuro inmediato expresa que planea seguir trabajando, que está un poco fuera de los medios, por una lesión en un pie  y especialmente de Palmas y cañas “me han cerrado un poco las puertas  pues allí no puedo cantar sentada, espero que un día se den cuenta de que Cuba necesita mi talento y mi voz, que debo comunicar y trasmitir el mensaje desde la posición en que esté.
Deplora que José Luis, su único hijo, no haya heredado el repentismo; pero está feliz porque es un excelente estudiante,  quien resultó el graduado  más integral del municipio Madruga, en Mayabeque y que haya obtenido la carrera  de Química pura.




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