domingo, 15 de marzo de 2015

Un 14 memorable



Profesionalmente uno de los días más felices de mi vida fue este 14 de marzo, pero no solo porque mi hija mayor, Ariadna,  y yo obtuvimos los principales lauros en las modalidades de periodismo radial y prensa escrita, respectivamente, en el concurso nacional Aclifim-Upec instituido por la Unión de Periodistas de Cuba y la Asociación cubana de limitados físico- motores.

También, porque a ella la reconoció la dirección provincial de Justicia y los camaradas a mi alrededor tras las palmadas de aprobación decían: “Es mejor que tú” “Ya tienes el relevo garantizado” y yo sinceramente no pude sustraerme al orgullo de tenerla como hija y colega, una camarada que tenía un poco de temor de abandonar la Redacción, pero como siempre le decía: “En el reporterismo te crecerán grandes alas, conocerás a mucha gente y mejorarás profesionalmente”, aunque sin dejar de reconocer que las salas de redacción son una escuela de escribidores como dice Ciro Bianchi Ross.
También porque le fue conferida la distinción Rubén Castillo Ramos a un baluarte del periodismo escrito y televisivo aquí en Granma que  deja huella indeleble por donde pueden transitar sin temor los jóvenes reporteros, también por  la importante mención  (Un verdadero premio) a Osviel Castro Medel, corresponsal de Juventud Rebelde.
O el reconocimiento como Maestros de periodistas a Ángela Valdés y su esposo Orlando Fombe y como honrosos luchadores por el retorno de los Cinco a Marisela Presa y Eugenio Pérez Almarales
Asimismo la fecha es plena de alegría por la certeza de que el periodismo cubano siempre tiene el corcel enjaezado para nuevas batallas en especial la de ideas, ahora urgida de nuevos arreos y argumentos ante la coyuntura internacional y es especial la eventual reanudación de las relaciones Cuba-Estados Unidos, preñada de peligros embozados.
También la felicidad llegó por el encuentro posterior en la sede de la UPEC engalanada para la fecha y el intercambio entre personas que hace rato no veía, y siempre con frases llenas de “mente positiva” que con las libaciones del rubio  contenido del “dispenser” se hacían más atinadas o confusas.
Fue, sin duda, un día memorable…

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