Quizás el hecho más significativo en la graduación del primer
curso de chefs internacionales, celebrado fuera de la Habana haya sido cuando
el experimentado Rafael Aguilar Rodríguez entregó en Bayamo,el certificado correspondiente a su
hijo Juan.
Seguía así la tradición familiar
este anciano que es todo lo contrario de
lo que la gente imagina como un cocinero pues es muy delgado y guisa sin apenas
probar, además es una verdadera institución en el arte de conquistar audiencias
por el paladar.
Incorporado al Ejército Rebelde
durante la lucha contra Batista en la Sierra Maestra “fui fundador de las
cocinas de Minas del Frío, allí cocinaba para la Jefatura y el resto de los oficiales.
Después de Primero de Enero de 1959
inicia su labor como cocinero en el Puesto de Mando de la Ciudad de Bayamo, ya
en manos rebeldes.
“Después me mandan para Ciudad Libertad, más tarde después
fui asesor técnico de las casas de
visita de la Aviación Agrícola cuya dirección nacional radicaba en La Habana y
era además responsable de cinco
cocinas en el Oriente del país,
especialmente en Bayamo y Manzanillo.
El 20 de octubre de 1966 funda junto
a otros colegas la pizzería Napoli, en Bayamo, primer restaurante de comida
italiana en esta región suroriental.
En 1969 comienza a prestar servicios
en la casa de visita del Comandante Guillermo García y en 1972 continuó
haciéndolo en la casa de visita del Comandante Juan Almeida, donde por las
altas responsabilidades de estos comandantes eran recibidas numerosas
delegaciones nacionales y extranjeras.
“Ambos jefes tenían gustos sencillos, y eran muy sobrios,
por ejemplo Guillermo gustaba de un caldo blando completamente desgrasado y con
un gotero añadía unas goticas de aceite solo para ver el “estrellerío” que se formaba
por el ´desacuerdo´ entre ambos líquidos, después lo bebía lentamente.
Almeida se paraba en la puerta de la
cocina y me preguntaba: “Maestro, ¿cómo está el panorama?” yo sabía que se
interesaba por el avance y menú de almuerzos y comidas y le contestaba invariablemente:”El
panorama esta bien”, acto seguido destapaba una olla y si estaba yo salcochando
boniatos, tomaba uno y lo combinaba con una lasca de queso … muchas veces eso
era lo único que comía”.
Desde 1998 prestó servicios en el comedor del poder Popular municipal hasta su jubilación.
Desde 1998 prestó servicios en el comedor del poder Popular municipal hasta su jubilación.
Ese es el hombre que enseñó a su
hijo el amor por la creación de excelentes platos y quien le entregó el título acreditativo como chef
internacional.
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