Un ciego en Cuba no es una
persona estática, que se la pasa solo en su rincón rumiando una pena; es una
persona que se cultiva, goza, disfruta, produce, ríe… ¡Vive!
Su bastón además de
compañero casi inseparable puede convertirse en escudo contra la adversidad y
para lograr un avance que muchos en
otras latitudes no pueden ni siquiera imaginar.
Un ejemplo fidedigno de lo
anterior es que invidentes y personas con baja visión, procedentes de toda Cuba, participan desde el jueves último en el evento Turismo
rehabilitatorio, auspiciado por la Asociación Nacional del Ciego (ANCI).
El encuentro sesiona en la
instalación de Campismo Popular La
Sierrita (en el municipio de Bartolomé Masó) y tiene como objetivo esencial la
adquisición y consolidación de habilidades que contribuyan a la rehabilitación
integral de los ciegos.
Dicha instalación fue
escogida por su ubicación en una zona
abrupta y porque la interacción con ese medio prepara a los asociados para
afrontar mejor los retos impuestos por
la cotidianidad.
Por lo general, esos
atletas están habituados al llano y aquí se han ido creciendo al calor del
trabajo individual o por equipos.
Entre las competencias a
desarrollar resalta una caminata de varios kilómetros hasta la Comandancia de
la Plata, juegos de fuerza y diversas disciplinas deportivas, presentación de
platos de varias regiones del país y otras propuestas sociales y culturales.
Como particularidad la
Anci-Granma convocó a un concurso acerca de la vida y obra del patriota
Bartolomé Masó que será premiado durante la clausura, este domingo.
Mañana lunes será el regreso, algo cansados del
esfuerzo físico pero felices “porque nosotros también podemos hacer de todo”,
según expresa Yoandy Andino, un joven psicólogo
con varios años como asociado a la Anci e integra el equipo ganador de una lid similar en Granma y quien fuera dirigente de
esa asociación en Granma.
No hay comentarios :
Publicar un comentario