La
escolar Gabriela Miniet Benítez con voz entrecortada por la emoción, y un poco nerviosa
por hablar ante tanta gente evocó junto a
cientos de sus coterráneos guiseros al aniversario 56 de la histórica
batalla de Guisa.
Como
lo aprendió en sus clases de Historia y en la biografía del mártir que da
nombre a su escuela: Braulio Curuneaux, el mejor combatiente de la proeza llevada
a cabo por el Ejército Rebelde en la
localidad montañosa, ella rememoró que ese y otros jóvenes combatientes dieron un
golpe demoledor a la tiranía de Fulgencio Batista entre el 20 y el 30 de
noviembre de 1958.
La
chica agradeció las bondades que ofrece la Revolución a la niñez cubana y a la
serrana en particular, ante desprovista de escuelas y de derechos
consustanciales a esa tierna edad.
También
significó la coincidencia histórica de esa proeza con la realizada por Calixto
García el 29 de noviembre de 1897, quien condujo a las tropas cubanas a la
victoria en ese propio lugar montañoso en lucha frontal contra los colonialistas
españoles.
Gabriela
juró seguir a sus mayores, cuando tenga
la edad adecuada en el apoyo y compromiso de trabajar en la perfección del
socialismo y sus valores de justicia social.
Al
pie del obelisco que perpetúa su memoria los granmenses rindieron tributo al capitán
Braulio Curuneaux, su ayudante Guillermo González y del Soldado Desconocido que
también contribuyó con su sangre a la victoria de las tropas insurgentes, los
granmenses rindieron honores al bravo oficial que aún a costa de su vida cumplió
la promesa hecha al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de que por su posición no
pasarían las tropas batistianas.
La
entrada de los rebeldes a Guisa ese 30 de noviembre propició la unificación del
Primer, Segundo y Tercer frente oriental bajo el mando único de Fidel
La
Batalla de Guisa (duró desde el 20 hasta el 30 de noviembre de 1958) ha sido
calificada por el propio Fidel y posteriormente por muchos estudiosos como la
operación más audaz del Ejército Rebelde pues un puñado de hombres enfrentó a
los blindados de la tiranía de Fulgencio Batista impidió la llegada de
refuerzos desde el Puesto de Mando de Bayamo y fue decisiva en la derrota final
de las tropas gubernamentales acaecida solo un mes después.
También
se congregaron allí combatientes participantes directos en la gesta, familiares
del los médicos internacionalistas que combaten el ébola en Sierra Leona,
estudiantes de medicina y vecinos de la localidad.
Para
Gabriela la lluviosa mañana de este 30
de septiembre será inolvidable.
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