“El acto de alimentarse debe tener un lugar especial en el arte”

El destacado actor cubano Patricio Wood tuvo una chispeante participación en la tercera edición del festival Gourmet sabores de Cuba y el mundo, que tuvo como sede a Bayamo.

A partir de importantes momentos de su  larga filmografía, entre las que se destacan cintas como El brigadista, Guardafronteras y  Caravana, entre muchas otras, demostró

cuán importante es el acto de comer en el arte y específicamente en el audiovisual.

“El evento me ha hecho reflexionar en como el acto de alimentarse debe tener  un lugar especial en  al arte –dijo- es un acto natural  y es expresión también de un acto cultural, social; allí pueden aflorar facetas inherentes a la intimidad de los personajes con la socialización del personaje, la expresión de lo familiar y amistoso… puede cubrir muchos aspectos y otorgar posibilidades al actor de expresar la conducta de su personaje.

“No es lo mismo alimentarse que comer-opina- lo primero lo hacen hasta los animales, pero comer implica  un hecho sociocultural e incluso psicológico.

“En  la serie El capitán Rolando, que hice de conjunto con mi padre  debía dársele  café al personaje encarnado por  mi padre, él era un ermitaño, era la primera vez que tocaba el pavimento, inicialmente ensayamos sin taza, cuando llegó el momento recibió la vasija como quien recibe una jícara, me convirtió a mí de actor de en espectador, me trasladó a la maravilla de cómo puede un actor incorporar tan bien el personaje y   ante el hecho tan sencillo de recibir una taza expresar su sicología campesina, ignorante, ermitaña, en solo esa acción.

“El hecho de comer apresa, une, la mesa nos une… dramáticamente justifica circunstancias para escritores, actores y todo el que interviene en el hecho escénico  se convierte en un recurso dramático importante”.

“Mi encuentro con el evento viene a partir de la película Bocaccerías habaneras en la cual interpreto al director de una fábrica de tabacos”, dice mientras da una chupada a un habano de altísima calidad.

 Esta tercera edición del festival Gourmet sabores de Cuba y el mundo, me resultó sui géneris:  no tenía antecedentes,  vine en una doble condición de espectador y participante,  el hecho de que tenga por sede a Bayamo le otorga  una característica importante, pues  conozco la calidad de los bayameses como anfitriones, cómo reciben un evento que busca  de alguna manera el reflejo  de la cubanía, ahondar en nuestra cultura a partir de la ventana culinaria y ha sido muy feliz el modo en que nos han recibido y quiero resaltar la personalidad de Domingo  Cuza, (quien dirigió el evento  en Bayamo junto a las directoras generales Alicia García y Ana Busquets) un hombre muy  aglutinador, muy bien preparado, en estos   eventos siempre se  destacan personas que los amen,  Cuza es una persona muy útil para Bayamo y para la cultura nacional.

“Gracias a personas como él Bayamo es Cuba y Cuba es Bayamo y no se trata de  distinguir ciudades, lo que está en juego es precisamente la cubanía: hacemos un homenaje al 501 aniversario, a la comida bayamesa, a lo propio bayamés y se hermana  a San Salvador de Bayamo  con San Salvador de Bahía,  aprovechando la similitud en los  nombres de las dos ciudades.

“Me voy muy halagado, voy saliendo beneficiado del evento, pues  he aprendido mucho, me han hecho pensar en muchas cosas, tuve  la oportunidad de tener una especie de conferencia,  fue para mí un intento de acercarme a mi propia experiencia personal desde lo culinario y me resultó muy interesante, pues veo todo lo que puede aflorar cuando analizamos el fenómeno de la comida en la profesión, en el arte y más concretamente  en el audiovisual y todo cuanto ello implica.

“Un pueblo  que olvide lo propio, lo autóctono está destinado a perecer turísticamente,  por eso hay que  estimular lo que existe aquí en Bayamo  y continuar  la indagación sobre cosas que dejaron de existir… Bayamo es viejo, histórico pero bien renovado”, dice en tono reflexivo.

En tono jocoso afirma: “Sigo admirando como un buen alimento un buen café con leche, no solo porque nos da la bienvenida cada día, sino porque nunca queda igual”.