domingo, 27 de julio de 2014

Aprender veraniego




En algunos países las escuelas de  verano están mayoritariamente destinadas a estudiantes que no rindieron lo suficiente en la etapa lectiva normal y deben   lidiar  con una suerte de recalificación, mientras el resto de sus compañeros disfrutan del merecido  descanso.
Amenazar a los chicos con enviarlos a esos cursos es una práctica bastante común entre padres y  maestros que no ven a sus retoños y pupilos responder  con propiedad a las exigencias del hogar y la escuela.
Ojo: el cine y otros medios audiovisuales se encargan de  hacer masivas esas intimidaciones, con un fin claramente didáctico, además del obviamente comercial.

Aunque aquí no sería ocioso mantener en jaque a quienes  se abocan al fracaso escolar, existen  múltiples acciones emprendidas por la escuela cubana, además de los repasadores, para que los educandos venzan las materias antes de la  llegada de los calurosos meses de julio y agosto.
Otros países, entre ellos Cuba,  conciben los cursos de verano como una herramienta de diversión y educación,  por eso como  una modalidad de diversificar el período estival, varias instituciones granmenses, y por supuesto en toda  la nación, ya imparten algunos de los más de 600 cursos cortos de verano  encaminados a ampliar el horizonte cultural desde diferentes ángulos.
Todos nuestros municipios cuentan con su propio “módulo” que aun cuando llevan  unos pocos años de fogueo han demostrado plenamente su efectividad.
Unos están dirigidos específicamente a los más jóvenes; otros se abren hacia el resto de la familia, incluso, algunos,  sin distinciones generacionales.
Como indispensable asumimos el de historia local que permite conocer de modo ameno este pilar consustancial a  nuestra nacionalidad  y de modo práctico  implica de primera instancia  una iniciación en la preparación para las pruebas de ingreso estudiantiles.
Los de manualidades y oficios son sumamente seductores para adultos y adultos mayores, pero utilizando el más conveniente “gancho” pueden enamorar a adolescentes y jóvenes, acaso con una perspectiva de futuro.
Pero quizás los   más   impactantes  en la población novel sean los de idiomas que cuentan con las lenguas inglesa, francesa y portuguesa que si bien en la etapa vacacional no completan estudios  si pueden abrir puertas al conocimiento y a instituciones especializadas.
Escuelas y salas de televisión, como centros de las principales acciones en la comunidad, irradian el quehacer hacia todos los barrios, por remotos que algunos parezcan,  y como sedes de estas maneras de aprender con encanto  contribuyen a preservar  la esencia formativa.
Todo ello, junto a más de un millar de áreas recreativas fortalecen el verano granmense.

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