Yanisley Márquez Collazo y Celina Rodríguez Arevalo son dos mujeres con un mismo propósito desterrar la oscuridad y el silencio de sus “ahijados”, la primera trabajaba como intérprete de lengua de señas desde hace cinco o seis años; la segunda, ya jubilada, continúa como guía-intérprete voluntaria en la presidencia granmense de la Asociación nacional del ciego Anci atendiendo sordociegos.
Ambas comparten la misión plena de hermosura y altruismo de
ser guías intérpretes para personas
sordociegas desde la Asociación nacional de sordos e Hipoacúsicos de Cuba y de
la Anci, en ese orden.
Para Yanisley representa un
gran reto trabajar con sordociegos, “pero lo acepté gustosa pues siempre trato de llevar al sordo toda la información asequible de la lengua
oral a la de señas con la mayor
fidelidad posible.
“ A veces no tienen el
español bien interiorizado, y claro todos no tienen la misma capacidad, el
castellano es una lengua muy difícil, por tanto el intérprete debe conocer
muchos significados y sinónimos; no todas las palabras tienen señas a esas debe
asignárselas, incluso usamos el lenguaje gestual.
“De acuerdo con la información, reflejar ese estado anímico, la circunstancia, veo
satisfacción porque cuando
las personas entienden, eso las motiva a continuar aprendiendo.
A veces las familias aprecian
esta discapacidad y piensan que no
pueden aprender, los dejan y pueden quedar iletrados, pero es oportuno destacar que la
Asociación enseña, educa y orienta.
Ella ejemplifica el día a
día entre personas rehabilitadas: “El vicepresidente de la Ansoc José Manuel Mesa es sordo profundo, se
graduó en Cultura Física, mi esposo es
excelente electricista enrollador.
“Me siento muy satisfecha con esta labor pues veo los frutos, me siento mejor persona, en ocasiones
no me hallo si no es hablando por lengua de señas. En el caso de los
sordociegos el desafío es aún mayor, por eso me apoyo en compañeros de vasta experiencia como Celina.
Celina Rodríguez Arévalo procede de Educación aun cuando empezó de manera empírica,
después cursó estudios regulares pero afirma que la práctica es su mejor maestra.
“Desde el inicio una va aprendiendo como guiarlos, orientarlos en
el hogar, en la calle, escuela… además de utilizar las técnicas para que puedan transitar debemos describirles todo el
entorno y las personas junto a ellos,
para lograr la mejor interrelación con el medio ambiente, algunos tienen restos
auditivos y visuales y los puedan aprovechar. De esta manera les socializamos,
para que sepan que existen en un espacio.
“Esto permite además mejor relación entre el guía intérprete, el
sordociego y su familia para
resolver problemas de toda índole y también es muy satisfactorio
apreciar en ellos nuevas habilidades que los hacen sentir más
personalizados dentro de la sociedad.
“Si la sordo-ceguera es profunda, lo primro es la socialización, que
el guía intérprete se dé a conocer: “Me puedo identificar después de haberlo
tocado (sistema táctil), para que
comprenda que está junto a otra persona , le tomo la otra mano para accionar y le puedo ejemplificar , por
ejemplo, con mi reloj o espejuelos,
además si conoce la lengua de señas le digo cuál es mi nombre, si no lo conoce
me identifica por el reloj.
“También puedo utilizar el sistema mano sobre mano, un perfume
siempre que sea el mismo…
“Después conocemos el modo de comunicarse el sordo ciego con su
familia, pues los programas de acción
deben estar diseñados en función de las necesidades de los ellos y sus
parientes.
“Luego mediante la rehabilitación podemos transformar su
medio conocido e implementar acciones
pedagógicas más técnicas.
Licenciada como maestra primaria especializada en Defectología,
fundadora del programa de sordociegos en Cuba, Celina es la primera maestra de
sordociegos en Cuba junto al también maestro Oscar Ortiz Blanco.
“Hasta hoy he atendido a los 182 sordociegos que existen en Granma,
entre niños, adultos y pequeños con implante coclear.
“Tuve con mi esposo Alberto Pompa cuatro hijos, pero a ellos los
quiero como propios. Entré en ese mundo casi impensadamente y pero ya no puedo
ni quiero salir”.
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