domingo, 26 de enero de 2014

Hasta luego al soldado y héroe civil



Este 26 de enero tiene un carácter luctuoso pues  resume de  modo trágico, pero natural, la rica historia de integridad  y crecimiento humanos de Luis Eliseo Pérez Valera.
Este hombre cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola y después como licenciado de las Fuerzas Armadas y  presidente de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (Aclifim) en Granma, escribió  con su vida verdaderas  páginas de heroísmo, de esa intrepidez cotidiana para la  que hace falta más valor que para afrontar al enemigo en una guerra.

En tierra angoleña protagonizó cinco caravanas con seis acciones combativas, hasta que una  explosión le dañó ambas piernas y hubo de ser amputado a sangre fría, en pleno campo de batalla, pero nada jamás pudo arrancarle el optimismo, ni borrar su sonrisa casi perenne, ni  esas maldades de jodedor criollo que lo caracterizaban aun cuando los dolores del cáncer lo obligaban solo a una mueca.
En su enfermedad nunca  profirió una palabra más alta que otra, siempre afirmaba sentirse mejor, ahí también ratificó su condición de héroe.
 Al frente de la Aclifim  conservó  el mismo valor que en la línea de fuego africana, a pesar de recaídas propias de la enfermedad y estar tantos meses encamado.
La realidad corroboró que Luis tuvo una vida plena, tanto en el trabajo, como en la defensa de sus convicciones… gozó del amor de  Victoria, la esposa;  de sus dos hijos, una hija y el nieto.
Una de nuestros  últimos encuentros fue el 2 de diciembre último cuando  celebraba su cumpleaños 54, a las tres de la tarde lo había visitado tanta gente que las provisiones se agotaban, por la ventana vio un nutrido grupo y con expresión pícara me dijo:” Apúrate con el helado que para ellos no alcanza, solo  tendrán cake y refrescos”.


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