Piensan
aquellos que escuchan el sonido/Que contemplan el sol, la luna y las
estrellas: /¿Cómo pueden sin vista pintar las
cosas bellas? /Sentir la primavera y oír sin oído...
(Olga Skorojodova, sordociega, doctora
en Psicología y Ciencias Pedagógicas)
Edelmis Hernández Concepción toma entre sus manos la
diestra de Elidio Oduardo Fuentes, (Pilli), la
lleva al pecho de este último, marca un signo
de avance y otros que la persona no iniciada apenas puede captar.
Su pupilo marcha
hacia un aparador, toma vajilla y cubiertos y luego, al tacto, pone la mesa con
precisión absoluta; después, dispone la cafetera cuando siente el perfume del
néctar, lo sirve.
Nuevo intercambio, ya en la habitación
tiende la cama con perfección militar
y enciende uno de los ventiladores con
el mando a distancia.
Todo puede resultar
asombroso, mágico, o como quiera llamársele, cuando el visitante advierte que Elidio es
sordociego.
“Me muevo bien, pero a través
de señas, como perdí la prótesis, ahora no puedo amplificar lo que me queda de
oído”, dice Pilli.
Edelmis tiene alma de mentor
y gracias a ello atiende, junto a otros instructores, la única área de
sordociegos existente en Cuba; allí en Río Cauto, concurren 34 personas con ese
padecimiento.
“Mayoritariamente residen en
el consejo popular Guamo y padecen la Enfermedad de Norris, también hay
sordociegos en otros sitios de ese municipio; nueve fueron rehabilitados en el área y el resto,
aún está por hacerlo, pues ello implica un
proceso muy arduo, en dependencia de la capacidad y edad del
educando; “en los adultos el proceso resulta
más difícil”, puntualiza Hernández.
Entre los afectados predomina
la consanguinidad, pues se han casado entre parientes cercanos; desde hace
tiempo especialistas de Salud Pública
ofrecen charlas al respecto con
sordociegos y allegados, en las cuales alertan acerca del alto riesgo genético.
La rehabilitación consta de
seis etapas, a veces una de ellas demora entre tres meses y un año, al no poder
violentarse.
La primera es de
socialización: la comunicación del instructor con el alumno; las restantes comprenden
la rehabilitación en sí desde que el educando llega, pone el bastón detrás de
la puerta y busca orientación entre el
mobiliario de la salita; después, en la habitación, comedor y cocina,
sucesivamente.
Cuatro estudiantes están directamente en el aula, los demás son atendidos en los
propios consejos populares, por rehabilitadores o personal de Salud Pública,
Educación y otras instituciones, capacitados
al efecto, entre ellos Maikel López Montes de Oca, sordociego quien afirma que cuando pretendió desafiar la doble discapacidad dudó, pero después decidió aprovechar sus propias potencialidades: restos
auditivos y visuales”.
Una vez por semana
profesores y alumnos reciben, tratamiento metodológico y rehabilitativo respectivamente.
Edelmis, graduado como técnico medio en mantenimiento
eléctrico industrial pudo ejercer poco: en 1993, producto de una
conjuntivitis hemorrágica mal cuidada enfermó de la visión: “Cuando fui a la
Liga contra la ceguera el mal era irremediable, recibí tres trasplantes, pero
no los asimilé por demasiado desgaste en la córnea, me operaron
cinco veces, pero solo
veo un poquitico.
“El médico habló claro: debía prepararme para la vida
pues puedo perder totalmente la visión, pero sé valerme, viajo diariamente
desde Cauto Embarcadero a la cabecera, y a Bayamo cuando tengo actividades de
la Asociación.
Ocupa la presidencia de la Anci en el municipio que simultanea
con otro cometido no menos honroso: “Sistematizamos
el trabajo con estas personas y a la vez, aprendemos de ellas, medio en
broma, medio en serio apela el viejo refrán: “En un país de ciegos… “porque
aprovecha a todo dar la escasa visión de su ojo bueno y nos ayuda cantidad”, apunta Pilli.
Indudablemente el proyecto Handicap Internacional
los ha ayudado mucho en la
rehabilitación de los sordociegos, con una serie de recursos para facilitar el
trabajo rehabilitativo y ha propiciado, de
conjunto con la presidencia nacional de la Asociación varios cursos,
consultorías y seminarios de nivel nacional e internacional
La Anci es la encargada del
área pero el proyecto trabaja de
conjunto con la Anci y la Ansoc e incluso con la
Aclifim apoyando en el trabajo para mejorar las diversas discapacidades.
Esta aula ha tenido gran
repercusión, “recibimos numerosas visitas de diplomáticos, como el embajador de
Luxemburgo
y funcionarios de Handicap Internacional”…
afirman Edelmis e Idael Tamayo, presidente de la Anci en Granma.
Aunque está previsto un nuevo
local, por ahora el área radica bajo las
gradas del estadio municipal con ayuda del Inder, para ello alumnos y docentes recibieron apoyo del Gobierno en Río Cauto, la Asociación del Ciego y la parte constructiva
la concretaron un albañil y los asociados Paulino Cabrera y Michel Meriño.
Idael: “Edelmis es un magnífico guía empírico, y como bien señala,
las personas con doble
discapacidad poseen características diferenciales sobre todo en esos adultos
carentes de una preparación académica desde pequeños o que fueron a la escuela, pero terminaron en un grado muy elemental y
debieron desarrollar sus propios modos
para comunicarse con la familia, la lengua cubana de señas ha tenido que
adaptarse a esa realidad y es un logro
que la misma se esté divulgando hoy en escuelas y otros sectores de la sociedad.
“Preparamos a los
familiares del asociado, a quienes
trasmitimos las señas que él ya conoce para lograr plena comunicación, en el aula hay de todo, pero
en los hogares ´operamos´ con lo
que posean…
“El área de Río Cauto está cumpliendo
cabalmente sus objetivos; en la última visita fueron revisados todos los
proyectos del país y esta recibió merecidos elogios, su trabajo ha tenido
amplia repercusión incluso en otros países”, asevera Idael.
Conclusivos son estos versos
de la Skorojodova.
No importa que a mis ojos no
llegue el resplandor/Que no escuche la voz de la
caricia viva/
Percibo sin oído la vibración
del amor/Y la capto veloz con mano
intuitiva/
Mejor es que me tiendan las manos fraternales/Para no permanecer entre
paredes/
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