domingo, 8 de septiembre de 2013

Nuestras cintas amarillas


No encontré una adecuada cinta amarilla, pero la sustituí por una de papel de seda; ciertamente debo cambiarla a cada rato,  pero expresa mi deseo  de que los Cuatro héroes,   aún  injustamente encarcelados  en  Estados Unidos, regresen a la Patria.

Para usar con la ropa tampoco adquirí la ideal, pero una serpentina de las usadas para adornar ropa sirve para que mi esposa y yo podamos manifestar nuestra adhesión a la causa de los Cinco y mostrar esa verdad a quien quiera verla.

También ella y yo pusimos, como muchos miles de cubanos, las fotos  identificatorias de este símbolo (para el pueblo norteamericano, para el cubano y ahora para el mundo) expresivo de que en casa esperamos a quienes lucharon por sus convicciones y contra el terrorismo y por eso hoy se encuentran tras las rejas.

Para la masiva respuesta de los cubanos mucho tiene que ver el  delicado y respetuoso pedido televisivo  hecho por  René,  el  Quinto Héroe que cumplió íntegramente su sentencia, porque es alguien   conocedor  (desde dentro) del alma noble del pueblo norteamericano y lo que representan estas cintas que pueden  y han de romper prisiones.



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