domingo, 25 de agosto de 2013

Descamisados


“Mijo, ponte el pulóver ¿tú no oyes la radio, ni ves la televisión? eso te hace ver mal, fuera de lugar.

El dulce reclamo de Carmen la  inefable viejita (que como el personaje animado Chuncha) de nuestra zona  de los comités de defensa de la Revolución cayó en saco roto, pues el joven siguió hacia el área carnavalesca con la prenda sobre un hombro.

“Hace mucho calor, mi vieja, además ¿se imagina como voy a sudar en las congas?”, dijo  el joven en tono cortante.

Ya pasaron  las fiestas de muñecones, bailes y comparsas en Bayamo, los manzanilleros están disfrutando de los suyos y el resto de los territorios  de Granma el propósito es que todo fluya por la senda correcta, pero al margen de los festejos ¿no atenta contra las buenas costumbres un  hombre mostrando su musculatura o “muscuhuesura” de la cintura para arriba? Además  esa usanza tiene sus espacios específicos en playas o áreas recreativas.

¿No se emplearon desde tiempos inmemoriales primero las pieles  y después los tejidos para cubrir la anatomía humana y reafirmar la diferencia con  primates y otros “parientes”?

Como apuntara Raúl:  “A lo largo de los más de 20 años de período especial,  se ha producido el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”, “es hora de poner coto a estas actitudes”, concuerda  el pueblo.

Los granmenses y cubanos no podemos convivir con conductas, antes solo propias de la chusmería, como gritar a viva voz en plena calle,  usar indiscriminadamente     palabras obscenas  (o por docenas como decía en broma un guajiro amigo) y la ordinariez al hablar, asombrosamente  esos modos  han contaminado a no pocos ciudadanos decentes, con independencia de su nivel educacional o edad.

De modo no casual  son muchos de los descamisados  quienes arrojan   desechos en la vía; hacen “sus” necesidades  en calles y parques; marcan y afean paredes   y áreas urbanas;  es preciso afrontar el irrespeto al derecho de los vecinos, como hiciera nuestra Chuncha específica.

Ha  sido afectada la percepción respecto al deber ciudadano ante lo mal hecho y se tolera como algo natural,  aunque la “descamisación” no es de lo más grave,  pudiera ser un primer  paso hacia lo marginal.

Alguien pudiera aludir  al desconocimiento de la ley y creerse impune, pero  andar “semiencueras” en la vía pública es una contravención de la legalidad y tiene correctivos perfectamente explícitos y difundidos por los medios masivos de comunicación.

Al reparar en el título que preside este texto alguien pensaría que iba a referirme a la exquisita obra  de Enrique Acevedo en que dos  casi adolescentes se presentan a la guerrilla del Che y sufren múltiples peripecias hasta convertirse en experimentados soldados rebeldes.

Pero nos referimos a otros: a quienes pretenden imponer una seudo moda, especialmente de muy mal gusto, por eso  es necesario explicar y actuar, para que el pueblo llegue a la más genuina conclusión: descamisados, ¿a santo de qué?


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