La decimoctava edición de la Feria de las flores está en marcha hace tres días y hoy toca a su fin, y es todo un éxito como rescate de una usanza que arrancó hace muchas décadas, pero por lo mismo me gustaría que se hablara más en eventos teóricos y en la prensa de Albertín Ramírez, aquel promotor natural iniciador de estas festividades.
Las nuevas generaciones deben conocer más de este hombre que armado de un entusiasmo inextinguible ejerció una especie de mecenazgo, aunando voluntades en torno a una festividad con mucho de película del siglo de oro de la cinematografía mexicana.
Con el nombre de Feria de las flores en el barrio bayamés de San Juan un jurado realizaba la elección de la joven más bella a la cual se otorgaba la condición de Reina de las flores y aun cuando este era el corazón de la fiesta también se realizaban actividades diversas de esparcimiento entre las que no faltaban el baile, los juegos y la degustación de platos tradicionales.
La feria estuvo apagada durante años y después renació si no con las características antiguas, sí como el rescate genuino de la tradición y por eso recibe el actual nombre de fiesta de las tradiciones de este, mi barrio San Juan, cuando Bayamo se apresta a celebrar, el 5 de noviembre próximo el medio milenio de su fundación.
Según el escritor Domingo Cuza mayo es mes que gusta andar con el alma florida, es fiesta del color, del aroma y del capricho de las formas (…) “No es de extrañar que Albertín, un entusiasta incorregible, escogiera este hermoso mes para iniciar una de las fiestas más esperadas de Bayamo.”
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