domingo, 10 de marzo de 2013

Los ojos de Alejandrito

Este viernes, justo cuando cumplió cuatro meses Alejandrito, mi tercer nieto, llegó por primera vez a Bayamo; lo recibí en el aeropuerto local y con unos ojos que dominan todo su rostro, enseguida quiso apoderarse del paisaje suburbano.

Todo el trayecto hacia nuestra casa, lo hizo en mi hombro mirando el camino en retrospectiva.

No hubo mucho tiempo de descanso: al anochecer fue a “conocer” al resto de la familia de la abuela materna, pues a la Mirta, la abuelita paterna, ya la ha visto completa; a cada paso quería que le retiraran esa sábana que llaman cargador; todas las luces del paseo General García llamaban su atención, al día siguiente junto a Conchi y Mario, los padres, recorrió parte del centro histórico urbano, en preparación para recibir su 500 cumpleaños.

Con su familia visitó la sede de la Unión Nacional de Escritores y Artistas en la provincia, allí enfocó su curiosidad en cada una de las caricaturas de la exposición que recrea rostros de intelectuales granmenses, gracias a los trazos del periodista y artista plástico Juan Rodríguez Licea.

La gente le elogiaba cada gesto o vistazo, él volteaba la cabeza ante cualquier movimiento; si “se metían con él” soltaba una sonrisa desprovista de dientes, que ya le pican y están locos por brotar.

En el día solo duerme a ratos para por la noche caer rendido, es entonces que descansan sus ojos, ansiosos de aprisionarlo todo, dicen Ariadna, y Carmen Luisa, las tías, que será inteligente pues tiene una curiosidad insaciable y esos niños aprenden rápido.

No es chochera de abuelo aunque pensándolo convenientemente, también lo es un poco, pero este chico nacido en Marianao también tiene raíces aquí y desde ahora, Carmen y yo (sus abuelos) Isabel la bisabuela, Isabel María, su tía abuela y muchos familiares más las regamos con el abono de la “bayamesidad”,de la cubanía que tiene su cuna en esta ciudad (Monumento Nacional) añosa y entrañable.

Por eso los ojos de Alejandrito deben trabajar mucho en el mes y medio que pasará por aquí.

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