domingo, 21 de octubre de 2012

¡“Mire usted quien era esa gente”!

Miguel Góngora Valdés, viejo campesino de la serranía de Guisa conoce bastante de las promesas incumplidas de los políticos cubanos anteriores al Triunfo revolucionario protagonizado por el Ejército Rebelde en la segunda mitad del siglo XX; hoy, en cambio, puede votar confiadamente sin temor al engaño.

“Nací cerca de la loma de la Taratana, hoy con 79 años a las espaldas, viví 25 en la etapa capitalista y conocí los politiqueros de antes, con su sistema de “quítate tú, para ponerme yo”, por eso quiero relatar un caso que demuestra la mala raíz y falsedad de esas personas.

“El río Cautillo, afluente del Cauto, tenía por allí un puente de madera, ya podrido por las crecientes y las inclemencias del tiempo, durante una campaña electoral vino un político llamado Guillermo Serrano, ya sus sargentos políticos habían juntado una gran masa de campesinos, el hombre dio un mitin muy “emocionado” y les dijo a los asistentes: “Yo sé que ustedes han sido engañados un montón de veces, aunque lo único que piden es el puente pero no les han hecho caso, eso es inhumano”, dijo.

“Los vecinos le creyeron y pensaron: “Este es el hombre que nos va a resolver el problema”.

“Cuando salió electo como representante mandó seis camiones de arena, grava y piedras, pero a la semana volvieron los camioneros y retiraron los materiales porque Serrano los había cogido al fiado y no había pagado.

“Mire usted quien era esa gente”, dice Miguel.

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