Muchos, por supuesto partidarios de otros equipos, y aun de los ibéricos, se sintieron incómodos, hastiados, aturdidos ante el bombardeo continuo de comunicadores de medios nacionales y extranjeros, escritos, radiales, digitales … con mensajes y etiquetas de todo tipo a favor de la escuadra peninsular.
Claro esto es Eurocopa… yo le iba a España desde siempre, sin desconocer el valor y la calidad de otros teams… porque, claro, allí no están Brasil, Argentina ni ninguno de los “más nuestros”.
Y es que este modesto opinante , quizás más atenido a la pasión que a la razón, confiere un gran valor a lo latino y aunque muchos no lo quieran ver así les voy a los latinos y España más que ningún otro equipo euro-contendiente , por supuesto deportivamente hablando, porque merecen, por cercanía, mi consideración.
A muchos bayameses de mi generación el fútbol nos llegó directamente de España, cuando un gallego bajito y malhumorado enseñaba a los muchachos de esta tierra los rudimentos de un deporte prácticamente desconocido y que se conocía con una término compuesto más hispano que el actual: balompié.
Todavía lo evoco rojo como un tomate actuando, con el don de la ubicuidad, como entrenador y árbitro gritando por ejemplo, ¡Offside carajo!... pero logró formar un equipo (En el cual no clasifiqué) que dio mucho y bueno de qué hablar en el oriente cubano y algo mas allá.
Después de esta disgresión vuelvo a lo mío: El fútbol español ha inscrito su nombre con singulares letras en la historia deportiva mundial. El equipo, dirigido por Vicente del Bosque, el Bigotón, ha logrado una hazaña sin precedente hasta el momento, al adjudicarse su tercer trofeo internacional de manera consecutiva a costa de Italia.
Es algo para recordar e imitar, esa calidad sedimentada con esfuerzo, dedicación músculo y sudor.
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