domingo, 8 de enero de 2012

Orfebres de un arte liberador

La tarde del jueves último instructores de arte de diferentes localidades de Granma hicieron filigranas en distintas manifestaciones artísticas a favor de los Cinco Héroes cubanos prisioneros en cárceles yanquis.

Música, poesía y danza, formaron un colosal escudo de solidaridad y una espada de denuncia contra la arbitrariedad y en pos de la “justicia” norteamericana maniatada y enceguecida y que urge desatar para Gerardo, Ramón, Fernando y Antonio sean liberados.

Pero no una libertad mediatizada como la que padece ahora René sino amplia, abierta y en esta Patria

Conmovió al auditorio la lectura de la carta enviada por Antonio , en la cual anuncia su traslado a un destino desconocido, pero adelanta que sabrá vencerlo, sobre todo porque pensará en ese amor de todos; la misiva refrenda, una vez más, la entereza e inquebrantable moral de los Cinco.

Los jóvenes y el pueblo cubano y las personas de bien en todo el mundo continuarán acompañando a Los Cinco, derribando obstáculos, consolidando y demostrando su inocencia.

En la cita, dirigentes del Partido, la Juventud Comunista, estudiantes de preuniversitarios y especialistas del ICAP suscribieron una declaración como colofón del encuentro y que ponemos a disposición de los lectores de esta página.

Declaración Final del Espacio “Los Cinco Volverán”

El triunfo de la Revolución cubana, el primero de enero de 1959, cristalizó el proyecto de creación de un país libre e independiente, hizo realidad el sueño de miles de cubanos, frustrado por la injerencia del imperialismo yanqui durante la República mediatizada y es el resultado de la lucha heroica y singular de la nación cubana, una desde Céspedes, Martí, hasta nuestros días.

Las conquistas indiscutibles de esta Revolución cubanísima, tienen en el ideario martiano su esencia, y los valores de él emanados, caracterizan al cubano de todos los tiempos que tienen en la igualdad, la solidaridad, la independencia y la libertad, el sentido profundamente humanista de la dignidad plena del hombre como bien supremo.

Aún antes de que Céspedes tocara la campana de la libertad, ya se perfilaba el apetito voraz de nuestro enemigo histórico, el imperialismo yanqui, tan cercano como poderoso. Ser fieles y defender a toda costa nuestros principios ha significado pagar un precio altísimo, el sacrificio de todo un pueblo que decidió que “sus hijos no mendiguen de hinojos, la patria que sus padres le ganaron de pie”.

No es casual, que surjan de este pueblo, hombres como Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René, que cumplen la máxima martiana de que el deber nace con el sol y se pone mucho después que él. Por eso a nosotros los jóvenes de estos tiempos nos toca seguir adelante, acompañando a Los Cinco, derribando obstáculos, consolidando y demostrando su inocencia, sin cansarnos. Iremos con el mismo rumbo que labró Martí y que conformó Fidel, juntos luchando por seguir siendo Patria.

¡Hasta la Victoria siempre!

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