jueves, 8 de diciembre de 2011

Una chispa salida del rocío


No conozco su rostro, aunque adivino la nobleza y el deseo de hacer bien su labor bajo la espesa capa de maquillaje.

Al verla accionar en dos o tres espacios exteriores o flexibles, como los llama la gente de teatro supe que Arlety Carrazana Aguilar es una promotora cultural de ley, quien no teme moverse aun en zonas intrincadas de la Sierra Maestra.

Reside en Los Horneros y según confiesa, desde muy pequeña sintió la atracción por el mundo de las tablas y por enseñar a otros.

Terminó su preuniversitario hace poco, pero no fue seleccionada para las escuelas de instructores de arte ni accedió a los cursos de promoción cultural entonces, pero no desmayó en sus intentos: estuvo seis meses en el Servicio Militar Voluntario Femenino en Guantánamo específicamente en Caimanera en la frontera con la base naval que los yanquis mantienen en esa porción usurpada de Cuba y allí siguió buscando hasta encontrar la senda por donde anda actualmente “realizando mi sueño”, como ella misma dice.

Ama entrañablemente las montañas y aun cuando da los primeros pasos en la promoción cultural parece haber agarrado la sartén por el mango.

Disfruta mucho el trabajo porque “mi vida son los niños, utilizo todo lo válido para desarrollar su intelecto, mi mundo es todo lo relativo a palabra, acción arte, cultura eso que puede incluso estar en las hojas de los árboles, las piedras, hasta una chispa salida del rocío mañanero o en el río que amo aunque esté crecido y deba cruzarlo para llegar al trabajo.

De Los Horneros se mueve hasta parajes alejados y abruptos como Gibraltar y Vegueta Larga, pero es en su consejo popular Guamá donde acciona con más desenvoltura, pues lo siente más suyo.

Ella dio vida a la payasa Arlequín; de ese modo establece un diálogo más intenso y rápido con sus pequeños, y también con los adultos, ese personaje con su peculiar silbato convoca y permite captar el talento; ella no trabaja sola, claro, es parte de una gran familia formada por los maestros de primaria, trabajadores de salas de televisión y minibibliotecas escolares, otros promotores e instructores de arte, su frase es una verdad que no necesita comprobación: “Llegamos hasta lo más profundo del monte para descubrir el talento oculto tras la timidez y para llevar cultura”.

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