domingo, 11 de septiembre de 2011

Preparando el enchila´o

La valentía y la temeridad suelen ser diversas, algunos seres humanos impensadamente, por un impulso realizan acciones heroicas, otros las van acendrando con voluntad, paciencia y ardor.

Pero también está la heroicidad cotidiana de enfrentarse a las dificultades materiales y vencerlas, de derrotar la tristeza, de tratar de edificar cada mañana un mundo nuevo aunque, a la siguiente haya que recomenzarlo.

Mi vecino Rene Luis es de esos hombres… con 66 años bastante juveniles (me lleva cinco por arriba pues soy contemporáneo con Lito su hermano) por ser mayor muchos muchachos de esta calle del barrio San Juan, antaño conocida por Ma´Sabina y mucho después por Manuel del Socorro, lo tomábamos como referente e incluso árbitro para nuestras adolescentes querellas.

En esencia, a veces René y yo nos pasamos tiempo sin vernos y la última vez cuando nos saludamos afectuosos me lo hace notar y a la vez dice que está “becado” en Santiago de Cuba.

-¿Y eso?

-Nada, tengo cáncer y me están aplicando radiaciones allá, dijo con jovialidad y naturalidad emocionante.

Me conmovió que el cangrejo (como le decimos los cubanos a esa “penosa enfermedad”) no hubiera empañado la alegría, el optimismo, el deseo de René de luchar por una buena calidad de vida.

Lo felicité por esa posición ante la vida y le referí el caso de una conocida a quien le diagnosticaron cáncer de mama, siempre decía que no se iba a dejar aniquilar por él y consecuente con su idea murió 20 años después del corazón.

-Así mimo, ripostó René , si el cangrejo me quiere acabar, yo me lo voy a comer enchila´o

De esa forma timbaluda y optimista es como se vencen las dificultades.

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