domingo, 18 de septiembre de 2011

Grandpa Elliot y Tocando para el cambio


De un fragmento que vi en Pinceladas, ese espacio entre programas de la Televisión Cubana, me llamó la atención el común denominador de músicos en calles o caminos polvorientos de diversas latitudes.

Después intenté cazarlos pero, nada, a veces quitaban tan rápido los nombres que apenas podía recordarlos.

Sobre todo me llamaba la atención un negro viejito barbiblanco y desdentado, sin duda del Sur norteamericano por la forma de hacer la música.

Una noche apresé en la memoria el nombre de Stefano Tomasselli un saxofonista italiano y los rastrée a todos en la red especialmente a mi preferido, el Granpa Elliott, de Nueva Orleáns, con su voz bronca pero sumamente melódica y su armónica (aquí decimos filarmónica) a la que hace hablar y también sentir la música.

Después supe que pertenecían al proyecto "Playing for Change" (Tocando para el cambio) dirigido por Mark Jonson y conocí, según el blog santahistoria, que como a mí ha cautivado a millones de personas en el poco tiempo de existencia que tiene.

“Primero ganó el Festival Sundance (continúa aportando santahistoria) con un documental acerca de los músicos callejeros norteamericanos, ahora ha dado el salto a través de las fronteras y ha sacado a la luz un gigantesco esfuerzo que involucra a cantores de todo el mundo”.
“Es cierto que la música no puede cambiar la realidad social, una guitarra poco o nada puede hacer contra un tanque o el FMI, pero que puede iniciar un proceso de reconocimiento al "otro", que dé espacios para que ese "otro" se vea y se escuche, que se unan acordes en una sola tonada con un objetivo: el respeto a la diversidad y el encuentro y aprendizajes mutuos, creo que es un buen inicio para una posibilidad de cambio.
Si me motivaron el saxofonista de Pisa, el ruso Dmitri Dulganov, Clarence Bekker, de Surinam El coro Sinamuna de Sudáfrica entre tantos otros, me conmovió ese cantor: Granpa Elliott quien con evidente ceguera o alta debilidad visual conversa con su filarmónica y se convierte en in icono de la calles del barrio francés de Nueva Orleáns.
Con su uniforme de overol de mezclilla, camisa o pulóver rojo y una especie de sombrero de panamá virado caprichosamente, ese es un músico como el resto que ha ganado dimensión mundial a través del proyecto de Mark Johnson.
Celebro la iniciativa de la televisión cubana de incluir esta pincelada y del programa Sur conducido por Alberto Faya en el que mostró a este grupo de ejecutantes interpretando magistralmente Imagine, la inmortal creación de John Lennon.
También agradezco al programa De la gran escena por el acercamiento al tema, pero pienso que otros espacios y comentaristas de la propia televisión nacional debían explicar con lujo de detalles qué hacen y quiénes son estos músicos que ya han ganado fama universal.

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