Anchas danzarinas para recordar

Antes, durante y después de los paseos del carnaval 2011 en Bayamo, una pregunta o afirmación directa alude a unas danzarinas excepcionales: Las Voluminosas.

Esas damas santiagueras con su calidad, ritmo, desinhibición y sobre todo por la calidad interpretativa y la elasticidad de sus cuerpos, mantienen hechizado al público de la Ciudad Monumento Nacional.

Los cubanos, como parte de esa educación occidental, concebimos a las bailarinas con cuerpos estilizados, pechos firmes, caderas más o menos anchas y movimientos de gacela, de cisnes o tigresas.

Pero estas chicas de la Tierra caliente derrotan esos conceptos, por eso todos se agolpan a lo largo de la Calle Martí para ver sus evoluciones, admirarlas, aplaudirlas, de tal modo que las palmas derrotan el fragor del carnaval y también animarlas con voces y gritos: “¡Hasta abajo!”… y ellas complacen a su público, a todos los públicos de las provincias donde son especialmente invitadas.

Este es un jalón más en cuanto a aceptar la diversidad; primero conocí a
Danza Voluminosa surgida en el año 1996 bajo el auspicio de la Compañía de Danza Contemporánea de Cuba. Surge a partir de la necesidad de su creador y director Juan Miguel Mas “de hacer una danza para el cuerpo voluminoso, asumiendo la realidad palpable de sus adiposidades y extratallas”, según valoran sitios digitales criollos.

Ahora puede apreciar, digo disfrutar, el baile excelente, rico, ardiente, de la tierra indómita en unas cuantas mujeres que, sin complejos, no solo exhiben una belleza singular sino también una calidad para recordar.