Ramón Labañino, uno de nuestros Cinco Héroes cumplió 48 años hace solo unas horas en la soledad de su celda de Beaumont, Estados Unidos… a esa edad, en plena madurez laboral, de seguro estaría llevando la economía en una entidad cubana, tratando de hacerla más viable para la perdurabilidad del socialismo.
Pero el odio visceral por todo lo que huela a cubano digno lo mantiene sombreado de barrotes, en una resentencia a 30 años de prisión, en un ambiente hostil y de peligro… de la injusta condena ha logrado descontar 13 inviernos , gracias a su entereza varonil, al apoyo de todo un pueblo y de las miles, millones de voces que en el mundo reclaman justicia.
También lo sostiene la idea de que pudo estar con Elizabeth, su esposa y sus tres hijas, disfrutando de la comida especial, de besos y abrazos que se repetirían el próximo Día de los Padres, pero la evocación no es quejumbrosa, aunque la fibra de hombre bueno se conmueva, pero el recuerdo cariñoso lo fortalece aún más pues sabe que más temprano que tarde la justicia romperá el velo negro del odio y la maldad.
Por todas estas razones Ramón se considera “el hombre más afortunado del mundo”, pues aún en la celda siente la compañía de la gente de bien de todo el mundo incluidas personas que en los Estados Unidos saben los pormenores de su encierro y luchan para que la verdad resplandezca. Esas y otras razones sostienen a este cubano no solo por la corpulencia física, sino por ser un gigante moral, socialista y cubano.
Él como Fidel, como todos los grandes hombres cumplen años cada amanecer, por eso el homenaje del pueblo lo honra todos los días.
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