Una mirada al acontecer cubano desde Bayamo, la villa cuyos hijos prefirieron convertirla en antorcha antes de verla esclava
lunes, 16 de mayo de 2011
Alisando lo agreste
Su trabajo es inconmensurable por la calidad del servicio, aunque se pueda medir en kilómetros, hoy son Pedro Yoan Brizuela y Yordanis Martínez Cedeño quienes igualan la vía a golpe de músculo y energía, pero en toda la Sierra Maestra cientos de sus colegas contribuyen con este acto de beneficio social muy reconocido por montañeses y visitantes.
Estos dos muchachos son camineros hace pocos años y dan mejoras o mantenimiento cada día a poco más de un kilómetro “desde la Loma Blanca, hasta el alto de Los Lazos, somos nueve del Ramón al Cilantro o más allá y pertenecemos a la Empresa de la Agricultura de Pilón, vivimos más abajo, en un sitio llamado Los Negros”, dice Pedro Yoan.
Hermosas plantas sembradas por otros camineros, y que ellos mantienen, bordean el camino contraponiendo su belleza contra lo hirsuto de la vegetación serrana.
Los polvorientos senderos son alisados cuando picos y palas cantan sobre las piedras, pero sobre todo con esfuerzo y apego este dúo como sus compañeros desmienten un viejo dicho campesino que dice: “El camino sube y baja y no se mueve”… porque regado con sudor honrado, el terraplén transita de escabroso a accesible.
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