domingo, 14 de noviembre de 2010

Respaldo

Hoy asistí a un acto triste, pero engrandecedor.

Hoy 14 de noviembre, expiró Felipe de la Paz, ingresado en la sala de cuidados intermedios del hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.

Nada pudieron los recursos puestos a su disposición, ni el desvelo de familiares, médicos y paramédicos.

Hoy se quebró el roble mulato de 73 años, que aludiendo a una antigüedad vegetal, debió ostentar otros tantos anillos en su tronco correspondientes a amores, experiencias, alegrías, sinsabores.

Esta mañana concluyó el último acto del sexto infarto cerebral sufrido por este recio campesino, aún con ansias de vivir y hacer progresar su finca, en la querida Tranqueras de Cauto Cristo.

Hoy su hija Modesta de por sí locuaz y que quedara sola momentáneamente, pues sus familiares debían atender otros asuntos, supo de la noticia terrible y enseguida, de la mano amiga, el vaso de agua y la pastillita imprescindibles, también del consuelo tácito o expreso de quienes también aguardaban por nuevas fatales o felices.

Hoy se fue Felipe, sufrió Modesta y sufrimos y padecimos quienes estábamos a su lado.

Hoy la tristeza mitigó la sed en un torrente de solidaridad.

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