domingo, 21 de noviembre de 2010

Fome

(A mis eternos motivos de inspiración: Carmen, mi mujer; mis hijas Ariadna, Conchi, Carmen Luisa y mis nietos Nana y Manolito)

Jamás pensaste tropezar a bocajarro con un hambre coetánea de la Génesis en encontrar multitudes con la palma de la mano contra el cielo ni ver a tantos soldados Miguel sin ¨querer compartir mi comida con esos negros¨ valga que no eran todos no sé si es tu frugalidad o te empalagan los cien mil dolores de esta tierra ¡los pasables irradian el pescado, la yuca rancia, o peinados mumuilas!... o archivas en las reconditeces de la pituitaria los diez cadáveres deshaciéndose a la intemperie atornillado a la trinchera mientras el fuego enemigo era el infierno aunque lo pagaron caro… o todavía guardas detrás de las retinas los restos de aquellos muchachos de Artemisa vestidos con el chaleco de Savimbi: horrendos huecos en el tórax para embutir los brazos amputados… O realmente triunfa el buen samaritano entre sístole y diástole… cuántos codiciaron a la mulata de viudez agraciada y virtuosa con tres huérfanos cosidos con miseria al ruedo del vestido… cuántos quisieron comprarla por una lata de carne rusa o Vanderlán… tú lavaste con esmero media lata de frijoles, los secaste al sol implacable y los ofreciste avergonzado a la puerta de su quimbo milagrosamente limpio en una aldea emparentada con la selva tú sobrecogido ella sazonándolos con lágrimas al acariciarlos con la lumbre aún recuerdas su portuñol entrecortado: ¨Camarada o meu corpo…¨ ¡prepárate Miguel ante tu fusil ya hay una boina del gallo y el machete!

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