lunes, 22 de febrero de 2010

Rememoran singular tradición azucarera



Los habitantes de Campechuela, en la zona litoral de Granma, sienten arraigado orgullo por la añeja tradición azucarera y pesquero-portuaria de esa localidad.

Era esta, y lo es aún, parte del macizo cañero que comprende predios de Manzanillo y también de Media Luna, Pilón y Niquero, todos en la parte costera de la suroriental provincia de Granma.

Eliécer García Sosa, director del museo municipal e historiador de Campechuela, evoca una de las más singulares tradiciones de la industria azucarera local.

“La llamada primera industria tiene preponderancia aquí porque casi todos los poblados de esta zona tienen una relación estrecha con la producción cañero-azucarera; desde antes de 1850 producían azúcar en el ingenio San Ramón, la cual era embarcada hacia Manzanillo mediante un muelle sui géneris.

“ Años después este era considerado el más económico del país, pues costaba cerca de cinco centavos colocar cada saco desde el almacén hasta la bodega del barco.

“Los dueños del central aprovecharon el terreno en pendiente para tender una línea de ferrocarril desde la cual eran lanzadas las casillas (carros ferroviarios) que bajaban por gravedad y alcanzaban una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora, con alrededor de 50 sacos de 250 libras; en la punta del muelle, donde estaba el barco eran frenadas y de ahí solo restaba pasarlas a la bodega.

“El único gasto en que se incurría era para trasladar los compartimientos de vuelta, primeramente tirando de ellos mediante un camión del tipo comando, pendiente arriba; después pusieron una locomotora pequeña.

“Otra manera era a través de una rampa, -en San Ramón denominada ranfla- construida de madera, en declive, lanzaban el saco que bajaba solo, para poder frenarlo debían untarle miel o de lo contrario se llevaba por delante a los estibadores debido a la velocidad alcanzada, aún así los braceros solo debían atraparlo y ponerlo en las casillas”.

En 1960 fue cerrado el central San Ramón, y después fueron introducidas en los dos centrales restantes de Campechuela disposiciones que velaban plenamente por la integridad física de los trabajadores

“La peculiaridad de San Ramón es que la profundidad del área del muelle permitía la entrada de naves de gran calado, “por ejemplo en la década de los años 40 entró un barco entonces considerado el más grande del mundo: el Orata de bandera italiana que vino a cargar hierro para la producción bélica durante la Segunda Guerra mundial”, plantea Eliécer.

“En Ceiba Hueca también había gran hondura que propiciaba cargar directamente del carro a los barcos, allí fue instalada después, ya en la etapa revolucionaria, la terminal de Azúcar a granel Dos de Diciembre, aledaña al actual ingenio Enidio Dìaz Machado”, explica el historiador local.

“Este central tenia otro embarque, pero no por gravedad.

“En el Dos Amigos, posteriormente Francisco Castro Ceruto, de la cabecera municipal, el embarque era por medios terrestres hasta el muelle y de allí en patanas (barcazas) hasta Manzanillo pues la profundidad del mar no era mucha; también exportaban miel mediante pontones (tanques grandes agrupados en forma de lancha), llevada hacia la Ciudad del Golfo de Guavanayabo mediante remolcadores”.

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