El amor a la tierra lo impulsa a seguir adelante cada mañana, porque como cualquier hombre ha enfrentado momentos difíciles, y parece que se derrumbará para siempre en muchos de ellos. Pero no, la voluntad y deseos de continuar siendo útil en la vida lo levantan y le franquean cualquier muro.
Por eso, encontramos a Mijaíl Naranjo en el campo una fría mañana de los primeros días de este mes. Y es que las lloviznas, el viento, las nubes, no son impedimento para quien tiene como premisa producir alimentos para el pueblo de Niquero, municipio costero de la suroriental provincia de Granma.
Con su ropa de labriego sabio, y las ganas de atender sus plantaciones nos recibió y aunque manifestó ser un agricultor de acción y no de palabras, aceptó el diálogo…
Del ganado animal a las hortalizas...
Los directivos de
Ese producto es fundamental para la mesa del cubano, pues se utiliza como condimento, además de tener propiedades medicinales.
“Para incrementar las siembras de esta especia se necesita riego, y esta finca tiene buenas condiciones para la planta. En el municipio, además de Mijaíl, existen cuatro productores más de ajo y se piensa aumentar en dependencia de las condiciones que seamos capaces de crear”, explicó Eugenio Tamayo Martínez, presidente de
Desde el 2005 Mijaíl se dedica a la producción de hortalizas. Ahora tiene sembrado ajo y cebolla, hace solo unos días recogió col.
“Antes me dedicaba a la crianza de puercos, pero también esto es importante. Tengo un poco más de cinco hectáreas y siempre intento que todo esté sembrado, arrancamos una planta y ya tenemos la otra lista”, comentó Mijaíl.
Alrededor de dieciséis trabajadores lo ayudan, de ellos, seis mujeres. Una vez más las féminas se unen a sus compañeros en nuestra heterogénea vida, sin importar actividad, por muy dura que sea.
A favor de la ecología…
En medio de las crisis y las dificultades, buscar alternativas, ahorrar recursos, tiempo y no afectar la productividad es esencial. Mijaíl gusta de cumplir con estos requisitos y ha convertido su labor ecológica, pues intenta utilizar productos químicos lo menos posible.
Además, todos los utensilios son de su inventiva, por eso, ajusta hierros, remacha por un lado, todo para lograr objetos que le hagan el trabajo más fácil.
“Utilizamos solo tracción animal, con una familia de implementos que me ha permitido una reducción del 40 por ciento de los gastos comparado con el tiempo en el que todo era manual.
Antes cualquier acción se demoraba cinco días, hoy solo uno, por poner un ejemplo…”, dijo Mijaíl.
Así con la iniciativa a flor de piel ha ido avanzando. El acanterador, con el que después de roturar la tierra se hacen los canteros fácilmente, el azadón con tracción animal, el remontador, son utensilios que se pueden encontrar en esa finca, todos de creación local. Para esto sirven bueyes o caballos.
La tierra no era fértil y Mijaíl tuvo que tirarle muchos bultos de capa vegetal delsuelo para poder cultivarla.
En esta finca, que tributa sus producciones a
“Gracias a ellas se cogió la col sin bichos”, comentó Mijaíl.
También ofrece muchos productos en el punto de venta habilitado para ello en su casa.
Además de esos brazos hechos para el surco, existen deseos de aportar. Todo lo que pueda hacer este hombre para contribuir lo lleva a cabo, y es retribuido por la naturaleza.
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