jueves, 29 de octubre de 2009

“De mi padre lo aprendí”


Joel Ávila Aguilar, pertenece a la cooperativa de créditos y servicios Rafael Hernández de la Guardia, de Tínima en Buey Arriba, Granma; con 30 años de edad despliega gran responsabilidad en atender la vega de tabaco familiar de 0,7 caballería de extensión.

Él le imprime a las labores máxima dedicación, desde que vende el último lote de olorosas hojas hasta comenzar el alistamiento de los semilleros para la próxima campaña, como ahora hace.

“Siempre vi a mi padre hacer eso”, dice; en efecto George, el progenitor, lo fue iniciando desde pequeño en los secretos de producir hojas de excelente calidad para que la empresa compradora las prefiera, por eso eligen la variedad Habano 92 que es la mejor según su criterio y empleando la modalidad sol en palo.

“Empezaremos a plantar el ocho de noviembre como hacemos todos los años. Mañana daremos el pase de picadora y ya el terreno estará listo para surcar.

Un vecino, Luis Feliciano García, con más de 80 años dedicados al cultivo de la solanácea va dejando en las manos de su hijo Raúl García Aguilar, las riendas de la vega.

Ambas familias tienen varios puntos de confluencia: cosechan el Habano 92 que, según Raúl, rinde más por esta zona por ser la planta de hoja vigorosa y menos enfermiza, también emplean la modalidad sol en palo… viejos y jóvenes comparten la responsabilidad de materializar cosechas exitosas.

“Quiero experimentar con el sol ensartado porque me economiza más espacio en la casa de curar y aprovecho más la plantación” dice Raúl.

“Pensamos entregar 10 quintales netos porque doblamos el área, o sea plantamos dos veces el mismo campo: en el término de 20 días cortamos las hojas y volvemos a preparar la tierra, antes del 31 de diciembre ya estamos sembrando nuevamente.

“Comenzamos a principios de octubre, antes de que se vaya el año ya estoy hincando posturas en la tierra.

La vega de los García queda junto al río Buey, ellos tienen un buen sistema de riego y esa quizás sea la razón por la cual siempre sobrecumplen sus planes.

De nueve mil posturas planificadas sembraron 11 mil y según especialistas de la Unidad de Tabaco de la Agricultura, sobrepasaron con creces las 200 mil para semilleros.

Los padres trasmiten experiencias, los hijos las absorben como una esponja hace con el agua, pero no solo para atesorarlas: ellas representan un motivo de inspiración para andar caminos conocidos y crear la base para experimentar por nuevos derroteros.

La sucesión familiar es tradición en Tínima y otros parajes de Buey Arriba.

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