domingo, 14 de marzo de 2021

Sad Donkey

Pepito el Burro está decepcionado, peor aún, se siente traicionado, abandonado, pues a principios de marzo, aplaudió con delirio ¿el tema? Patria y Vida de Descemer Bueno, Yo- Tu- El y Gente de zona.

Es oportuno destacar que, a Pepi, le encanta el idioma inglés, no lo habla ni lo entiende, pero lo ama; por eso un jodedor lo bautizó como Joey the Donkey  y él lo aceptó de buena gana hasta que supo el significado de la frase (Pepito el Burro) y ahora se encabrona o entristece cuando se lo dicen.

La  culpa es suya y solo suya al no aprovechar las oportunidades que el Ministerio de Educación ha ofrecido a los cubanos en materia de superación; él malamente llegó al noveno grado y, además, nunca se preocupó por aprender otra cosa,  se convirtió en un buscavidas que un día trabaja como ayudante en la construcción (siempre particular) otro hace unos mandados o bota escombros “Pa` no deberle nada a nadie”, dice.

Pepi  no es una mala persona, pero vocifera su frustración y se presta para que algunos pongan su rostro y palabras en su boca para hablar pestes en las redes sociales, él no lee periódicos, ni ve el noticiero porque “ahí to´es muela  pa´ tupir”.

Por tanto, cuando le cayó a la mano un billete con la misma consigna que da título a la canción de Descemer y su banda se rió complacido, pero cuando no pudo cambiarlo, porque  un peso en esas condiciones no puede circular se dijo por primera vez: “coño me han embarca´o”.

Por desinformado, no sabe qué rayos son las revoluciones de colores, ni los llamados golpes blandos para derrocar gobiernos incómodos, a él eso no le interesa, y no sabe que la farsa de San Isidro, las cancioncitas “cariñosas”, los lemas en los billetes, el apoderarse de símbolos patrióticos, son algunas de las formas de ese denominado golpe blando que, de blando, nada tiene.

Ignora que la primera etapa es promover acciones no violentas para generar y  divulgar un clima de malestar en la sociedad, con de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores.

Desconoce además que las restantes fases consisten en desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.

También la lucha activa por supuestas reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación de la población para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.

Asimismo, en  ejecutar operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de "ingobernabilidad".

Del mismo modo, forzar la renuncia de la presidencia, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

Por supuesto, nunca supo que el  periodista argentino Luis Bruschtein explicó que el golpe suave “consiste en travestir a una minoría en mayoría, amplificar sus reclamos, crispar las controversias y enfrentamientos y desgastar a la verdadera mayoría que gobierna, hasta hacerla caer por medio de alguna farsa…”

Más claro ni el agua: el que empuja no se da golpe. Si los amigos letrados de Pepito le hubieran explicado eso, no estaría tan perdí´o.

Pero lo que más lo desencantó de la trampa en que había caído fue cuando supo que la expresión Patria y vida no era de Descemer y sus acólitos, sino de Fidel.

Ante las dudas su vecino Juan Enrique, que lo aconsejara tantas veces,  le mostró   un amarillento periódico Granma, que mostraba un encuentro del Máximo Líder con estudiantes, el 23 de diciembre de 1999,  (¡hace 22 años!).

 Aseguraba entonces Fidel: “Voy a tomarme una frase, no definitiva, porque nosotros no debemos renunciar a la idea de Patria o Muerte, ni a la idea de Socialismo o Muerte, y voy a decir como dijo una joven en esa tribuna: ¡Patria y Vida! Vida para ustedes es la que queremos'.

Sí ese mismo Fidel cuyo gobierno revolucionario  le otorgó una modesta pero confortable vivienda a su madre anciana y donde vive ahora el septuagenario Pepito.

 

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