domingo, 28 de febrero de 2021

Expresión absurda, pero no tanto

 

Guapeando records Guinnes.Foto tomada de internet
Darse patadas es una frase criollísima aparentemente incongruente, pero plena de significados, especialmente en Cuba.

Sí, porque literalmente es imposible  eso de autopropinarse una retreta de puntapiés, eso solo pueden hacerlo esas máquinas de los dibujos animados que asumen tal función cómica; no obstante el gracejo popular convierte la supuesta  sinrazón en algo muy tangible.

Pero miento, perseguidores de records Guiness se afanan cada año por superar marcas, pero los golpes en lugar de ese lugar trasero  a que hacía referencia, literalmente se machacan la cabeza.

Darse patadas tiene muchos significados, el más común es el de la persona que se da importancia, se da tono, pisto ( como dirían en España) en nuestro país viene a significar darse  lija con el mismo significado.

Esto puede referirse a múltiples situaciones, por ejemplo la persona que ofrece un servicio, se tarda y vuelve a demorarse no se sabe si para que sus clientes  se cansen o para que esos reparen en la  propia importancia de quienes los atienden.

Y ahí surge un amplio abanico de (des) servidores que en lugar de aceitar mecanismos, los oxidan y se forma el acabóse,  quién no ha sufrido permanecer en una cola demorada porque el encargado de destrabar su paso  la ralentiza con cualquier pretexto y allá van las quejas, las críticas y sobre todo el malestar de los  pacientes tornados en impacientes.

Darse patadas es también cuando pedimos un favor a alguien  y este se entretiene, da vueltas por ahí y se aparece cuando ya son “candelas apagadas”, otra frase explícita per se.

Pero lo más común es cuando alguien, especialmente  narcisista   se piensa  o siente  más encantador(a) de lo que es o en su defecto piensa  que el atractivo físico puede darle  beneficios como una especie de plan jaba afectivo y  cree  merecer tratamiento preferencial…

Darse patadas es un pecado  en las relaciones sociales y puede hacer mucho daño, creyentones, eviten castigarse las asentaderas con estas prácticas y de paso “sancionar” a sus semejantes.

 

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