domingo, 13 de diciembre de 2020

Peligros en ciclos

 
Foto tomada de Internet

“Cuidado con las bicicletas”, es el consejo invariable  dedicado por este redactor a ancianos, madres o padres con niños y a cualquier persona potencialmente amenazada por esta suerte de flagelo.

 El  presente título sugiere riesgos afrontados  en determinados períodos; asimismo los  azares que puede padecer un  ciudadano con la proliferación de todo tipo  de bicicletas y motos eléctricas, se repitan  estos regularmente cada cierto tiempo  o no.

Nuestro viejo amigo José Luis define  la multitud de  vehículos en dos ruedas con el contrasentido   “barullo” silencioso.

Hay honrosas excepciones,  como esos choferes capacitados legal y físicamente.

Bicicletas, motorinas y motos eléctricas  pasan por nuestro costado y si no nos colisionan  solo percibimos las grupas  al alejarse ¡Eventualidades en la vía!, ¿no?

 ¿Agravantes?  muchas son conducidas  en sentido contrario a lo señalizado en calles y, así de pronto pudiéramos vernos con  un miembro enyesado, la cabeza rota y cuando menos ¡nos  pegan cada susto!

En el país se contabilizaban, a mediados del pasado año 210 mil 000 ciclomotores, una verdadera hemorragia.

Si revisamos  la Ley 109 Código de Seguridad Vial, podemos leer: Las motorinas o bicicletas eléctricas son legalmente ciclomotores, de al menos dos ruedas con motor térmico de cilindrada inferior a 50 centímetros cúbicos o con motor eléctrico de potencia no superior a mil watts ¡y una velocidad máxima de hasta 50 kilómetros por hora! (la exclamación es nuestra).

Entonces, precisan una licencia de conducción, nadie puede hacerlo sin tenerla o  el permiso de conducción o de aprendizaje correspondiente.

Muchos  cometen serias contravenciones como  circular sin el casco, no portar la licencia,  exceso de pasajeros, no detenerse en la señal de Pare,  adelantamiento indebido, y circular en sentido contrario.

Por lo general achacamos las violaciones a los más jóvenes, pues  proliferan entre ese grupo etáreo,  pero este propio viernes 11 de diciembre en  una de las principales arterias  de Bayamo, este redactor  fue testigo de una flagrante violación: un hombre maduro conducía  una bicicleta por su derecha; sin mirar, intentó virar a la izquierda, fue sacando de la senda y adelantó  a un joven en motorina,  quien  hizo malabares y evitó la colisión. El primero no se disculpó, ni siquiera agradeció el gesto.

Y a propósito de las bicicletas una moda o tendencia peligrosa abunda  entre la juventud: circular sin frenos, con lo cual ponen en riesgo su propia piel y   las ajenas.

La responsabilidad es colectiva, pero implica primero a la familia y después a los demás y nos viene a la memoria un spot televisivo de antaño en el cual un oso llamado Prudencio aconsejaba a todos los usuarios de la vía y remataba su parlamento con una voz profunda: ¡Eso no se hace!

 

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