domingo, 29 de marzo de 2020

No comas más catibía, míster

Imágenes tomadas de Internet


Con permiso de los “compañeritos” republicanos de Estados Unidos, ese país está siendo gobernado por un tonto, con ese mismo gorro puntiagudo llamado capirote que imponían antiguamente a los malos estudiantes; miles de meteduras de pata lo prueban.
Ante la contingencia mundial del coronavirus, Donald Trump tiene fijación con China, lo mismo culpa al gran gigante asiático de propagar la pandemia que la llama “virus chino”, en incontestable violación de la solicitud de la Organización Mundial de la Salud de no referirse a la plaga señalando países específicos.  

Y aunque otra de las acusaciones  trumpistas a China es de “no brindar información temprana sobre el virus”, (eso en Psicología se denomina proyección) la prensa recoge que  el 22 de enero pasado, cuando se le preguntó por primera vez en público sobre el brote del coronavirus, el presidente norteamericano aseguró desde Davos, en Suiza: “Lo tenemos totalmente bajo control. Es una persona que vino de China”. ¡Y dale con lo mismo!
Recientemente en la Casa Blanca, durante una sesión informativa sobre el coronavirus, el mandatario ofendió al reportero Peter Alexander, de la cadena NBC News, quien le preguntó “si estaba dando a los estadounidenses falsas esperanzas, promocionando medicamentos no probados para tratar el virus”, de acuerdo con reportes de Telemundo.
Como era de esperar, el rubio despeinado se dejó dominar por la ira y en uno de sus acostumbrados ataques a la prensa difamó al informador.
Lo primero  que Donaldo hace es desconocer los logros de China y culparla de le enfermedad y como buen viga-en-su-ojo no puede ver nada, ni una paja en ojo ajeno.
Parece cosa de un querido pariente quien  en los primeros años  de la década de los 60 del pasado siglo, vio estornudar a un chino,  le dio un ataque de risa tal que “cogió un viento” y hubo de apelar a   remedios caseros como cataplasmas y ventosas para deshacerse de aquel intruso gas. “Dios te castigó”, le aseguraban.
Diferencias abismales separan a aquel sencillo obrero del magnate inmobiliario, primero era un hombre bueno y honrado; en ese tiempo aún un poco ignorante, después un campeón de la educación obrero campesina. El yanqui lo ha tenido todo, pero carece de sentido común.
Como es lógico, el presidente norteño no habla sobre los hechos que posicionan a China como el país que va logrando revertir la pandemia; o como Cuba, nación  pobre y bloqueada,  pero que está brindando ayuda a varios países afectados por el virus… ¡no que va! Hace lo que mejor sabe: su seguidilla es una campaña de descrédito contra la cooperación médica criolla, pero, mi hermano, no te están haciendo caso.
La sanción la recibió del semanario norteamericano Newsweek: Cuba usa “medicamento maravilla” para combatir el coronavirus en todo el mundo a pesar de las sanciones de EEUU, refiere la publicación en extenso reportaje.
Esto parecerá traído por los pelos: en  Cuba y República  Dominicana  se consume la catibía, una harina  de yuca rallada, prensada y exprimida, con
la cual se hace una especie de bizcocho grande y delgado, muy parecido a nuestra empanadilla.
Ahora a lo que decíamos: Las cifras del coronavirus siguen creciendo en EEUU, al punto que ya deviene  epicentro de la enfermedad en mundo, pero Trump solo sabe culpar a otros, por eso muy al estilo de nuestro Elpidio Valdés-Juan Padrón podríamos decirle: “No comas más catibía, míster” o más gráficamente que pudiera significar figuradamente: “No comas de lo que pican los pollos” y todos aquí sabemos, no es maíz.



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