domingo, 22 de septiembre de 2019

“Si eres de los míos tu delito encubro yo”


Una cancioncilla comenzó a gestarse  en América del Sur en febrero de este año  y ahora cuando “se hace viral”,  como dicen en las redes sociales, al dar la vuelta al mundo es el himno de la mentira en torno a Venezuela y su autotitulado títere.

La coplilla en cuestión puede rezar más o menos así: “Si te llamas Juan Guaidó, tus deslices arreglo yo” y  es entonada por los círculos de poder estadounidenses y tiene como portavoces a algunos gobiernos del subcontinente americano, particularmente el de Colombia.
Desde que este personaje comenzó a asomar en la escena política recibió el apoyo de los referidos círculos, y  como punta de lanza hacia la genuina democracia hace honor a su formación pro imperialista, de espaldas a su propio  pueblo, al  punto de  pedir y promover la agresión armada.
Repasemos quién este personaje: inhabilitado  con la sanción máxima de 15 años para desempeñar cualquier cargo público   por   fraude fiscal al no declarar más de 310 millones de bolívares en viajes y de 260,4 millones de bolívares en alojamientos dentro y fuera del territorio venezolano.
Ya está siendo investigado por autoproclamarse "presidente encargado", irregularidades financieras, desvío de fondos destinados a ayuda humanitaria y una supuesta negociación secreta para entregar el territorio del Esequibo a Guyana a cambio de apoyo político del Reino Unido.
Ante las graves evidencias que se han hecho públicas en las últimas horas, respecto a la vinculación de  Guaidó con el grupo narcoparamilitar conocido como 'Los Rastrojos', el Ministerio Público venezolano  ha decidido abrir una investigación" contra él.
Pero eso no es todo,   gobiernos proyanquis del área y los propios Esta dos Unidos   han gastado en vano “toneladas de papel, kilómetros de letras,  miles de horas-glúteos en las redacciones digitales y sitios   presidenciales y periódicos de la llamada gran prensa para  intentar borrar  las evidencias de que Guaidó se codea con narcoparamilitares colombianos; pero eso “parece carecer de importancia”.
El presidente Iván Duque, lo cataloga como “héroe de la democracia  enfrentado a una dictadura que ha tratado de quitarle la vida varias veces”: nada más falso,el usurpador ha sido tratado por el gobierno bolivariano con suma indulgencia, imaginemos cómo habrían manejado un caso igual  en Colombia.
El ejecutivo de ese país  considera que las explicaciones   dadas por Guaidó sobre las fotos en las que aparece con miembros del grupo criminal 'Los Rastrojos' son "satisfactorias".
Según sugerencia de la Fundación Progresar en Norte de Santander, que dio a conocer estas imágenes,  Guaidó cruzó la frontera con la ayuda de este grupo narco paramilitar. Lo cierto es que aún no se sabe cómo llegó a territorio colombiano.
La derecha en general  califica  las imágenes como  polémicas, incómodas y todo eso, pero las justifican “cualquiera quiere tomarse una instantánea con un personaje tan famoso (por poco no  cometo un error mecánico), esa más o menos la excusa.
La senadora por el Partico Centro Democrático Paloma Valencia le pone la tapa al pomo cuando  dice que no son   paramilitares solo narcotraficantes ¿ayuda esa declaración? Calor que sí es muy esclarecedora
Humberto Calderón Berti, embajador designado por el  dedo  de Guaidó en Colombia dice que la frontera entre ambas naciones es muy caliente y no iban a estar pidiéndole carné de identidad a nadie. ¿?¿¿
En qué país del mundo una persona con pistola al cinto se acerca a un jefe, aunque sea falso como este, si no es uno de sus cúmbilas, se demuestra una vez más que los Rastrojos ayudaron a Guaidó a cruzar a Colombia a recibir   la agresión disfrazada de ayuda humanitaria.
Pero es preciso ver en cualquier red social cuando  al propio Guaidó   la prensa le pregunta por esos retratos y solo acierta a balbucear incoherencias ¿Por qué será?
Duque y camarilla,  “No hay  peor ciego que aquel que no quiere ver y peor que el ciego es el idiota que mira, pero no nota”, O no quiere notar reza una innovación del refrán.  .


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