domingo, 29 de abril de 2018

Valores y… antivalores…. ¡Qué va!


Corría el año 1963, por supuesto del pasado siglo XX, un grupo de muchachos de secundaria acabábamos de disfrutar de uno de los sabrosos batidos de frutas que ofrecían en la cafetería Las Columnas en el Centro histórico de Bayamo.

De pronto un hombre joven, con el rostro desencajado, todo sudoroso ingresó al negocio, otro de los parroquianos  indagó acerca del motivo  de su turbación.
-¡Es que he perdido una cartera con tres mil pesos, los ahorros de toda mi vida y que destinaba a casarme y arreglar una casita que tengo!- casi gritó presa de la angustia.
¿Cómo era la cartera?- indagó el primero.
 –¡Marrón, imitaba piel de cocodrilo, y muy gastada, era casi un trapito!
-Aquí está su cartera, amigo, tome.
El joven casadero abrazó al otro, casi le da un beso  -algo inusual en esa época -y tomó 500 pesos para gratificarlo.
¡Qué va! ¿Cómo voy a aprovecharme de esta situación por la que acaba de pasar?.
El casi esposo lo invitó a la boda al igual que los pocos que estábamos en la cafeteróa.
Ambos viven todavía, son casi vecinos y cuando las rodillas hinchadas y la artritis cervical, la próstata y otros males asociados a la tercera edad se lo permiten intercambian visitas gracias a una amistad que nació de un hermoso gesto… la novia de antaño es una viejecita que todavía puede brindarle un café a un amigo y con mucho gusto se lo  brinda al artífice de su  duradera felicidad.
Año 2017… una niña encuentra una mochila, casualmente con tres mil pesos cubanos y unos cuantos “cucos” (siempre me he negado a llamarles chavitos a nuestros billetes más duros que los otros.
Como dentro de  la alforja había una identificación, la chica adolescente rastreó al   dueño hasta su domicilio y la “malvenida” fue sorprendente.
-Eres una niña boba, si y me encuentro eso boto los  carneces y me cojo los varos - y le dio la espalda sudorosa y grasienta.
Claro que aquello motivó un  fuerte repudio y “alguienes” se refirieron a una supuesta crisis de valores, lo que motivó una espontánea polémica.
Pero estaba equivocado aquel que no supo dar las gracias y quienes compartieron su criterio, aquí no hay crisis de valores, aquí en esta isa alargada y sus cayos sobran los honestos, los que no reparan en el valor material de los objetos y sí en las personas, miles de ejemplos de trabajadores del turismo de los medios nacionales y locales de transporte fundamentan eso.
Hay gente crítica, como individuos , pero antivalores…. ¡Qué va!


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