Para
muchos, entre los que me cuento, es incomprensible el alud de ataques de Lenin Boltaire
Moreno Garcés contra su predecesor en la presidencia de Ecuador Rafael Correa
de quien también fue correlegionario en el Partido Alianza País.
Por
supuesto la derecha nativa y la continental comenzaron a echarle aire al
diferendo desde que comenzó a gestarse y muchos nos preguntamos en el mundo ¿Eso
no le afecta también a Lenín Moreno? ¡Claro!
Pero
ya la poderosa maquinaria editorial de los grandes medios se encargará de minimizar los pecados del actual mandatario
y de maximizar y demonizar la gestión de
Correa en los años en que gobernó, con la vicepresidencia de Moreno y Ecuador vivió
un próspera etapa de justicia social y económica algo que de lo ahora el político nacido en Nuevo
Rocafuerte, 19 de marzo de 1953 quiere desmarcarse, mediante decretos y
calumnias.
Es bueno recordar una frase casi escatológica que dice “Quien revuelve
la porquería siempre sale salpica´o” y
eso puede pasarle también a Moreno, algo patente desde la destitución y
posterior encarcelamiento de su vicepresidente Jorge Glass acusado de
corrupción.
Por
esos mismos días Moreno criticó con dureza la situación económica en la que el
gobierno anterior había sumido el país dejando una deuda de USD$41.000
millones, casi todo entregado en un descontrolado gasto social. Ante los
señalamientos, Correa, afincado en Bélgica, reaccionó desde su trinchera en
Twitter: “El Gobierno actual conocía perfectamente TODAS las cifras de deudas y
pasivos, que, además, son públicas. No sólo aquello: mantiene el MISMO equipo
económico. Hacer una cadena nacional para ‘anunciar’ lo que siempre supieron,
es tan solo parte de un show”.
Pero
la gota que derramó el vaso fue el anuncio en octubre del 2017 de la consulta
que buscaba cerrarle la puerta a Rafael Correa de posibles reelecciones. Correa
dijo que la consulta estaba impulsada por sectores de la derecha que buscan
destruir, , todos los avances sociales que se consiguieron durante su mandato.
Moreno
Garcés responde a la vieja práctica de achacarle a otros lo que uno mismo
contribuyó a forjar, y utiliza el perverso ardid de los abogados taimados: ”Si no
puedes ganar un juicio, ¡enreda!” y eso
está haciendo desde su silla presidencial el sucesor y antiguo partidario de
Rafael Correa.
Pero
no todos le dan la razón a Moreno, baste repasar los tuits desde diversas
partes del mundo, donde califican posición de Moreno como traición a los
postulados de Correa y los suyos propios cuando fue vicepresidente.
Los
medios occidentales califican de estocadas cada una de las acciones de Moreno,
pero olvidan decir o silencia que figuran entre las peores puñaladas traperas de la
Historia.
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