martes, 7 de marzo de 2017

¡Como esticaban mis pelotas!

Entre las voces puramente bayamesas, o al menos, es lo que he podido esclarecer está la palabra “esticar” muy empleada o al menos usada y escuchada por mí en la década de los años 50 y los años sucesivos aunque ahora ya no la escucho.
Cada vez que me encuentro ante una palabra como esta consulto a mis colegas de otras regiones de Cuba, aunque previamente haya indagado en otros diccionarios, especialmente el de la Real Academia española y de modo adicional Wordreference (hace muy buen acercamiento al termino portugués que pudiera parecerse a lo nuestro pues significa atirantar, estirarse) el del Habla popular cubana y el Diccionario de palabras cubanas.

En el primero de ellos se indica: “La palabra esticar no está registrada en el Diccionario”. Pero lo que más se parece al sentido que los bayameses de antaño le dábamos es: estirar.
Porque hay que decir que lo usábamos y a veces todavía lo hacemos con el sentido de rebotar y eso tiene un origen lúdico: en esos años se fabricaban o importaban unas pelotas de caucho macizo que rebotaban con gran fuerza de reacción y las aprovechábamos sobre todo en los partidos de béisbol callejero denominados guan-tu- tri (One, two, Three) en el que podía participar solo un trío de jugadores y tenía como ventaja que la pelota podía golpearse con la mano u otra parte del cuerpo, al estilo del batos de los indocubanos, con un palo o un bate…era muy fácil conectar un jonrón y podía capturarse a mano “pelada” .
Las bolas profesionales eran privativas de los muchachos más grandes quienes podían jugar “al duro” como si fueran reales beisbolistas y que solo veíamos de lejos, en el terreno debajo del puente elevado sobre la Línea del ferrocarril o incluso en el estadio que más tarde se llamó Mártires de Barbados porque los pelotazos de los foul hicieron impacto en algunos de mi muchachada coetánea.
También se usaba esticar al botar [la pelota] en la pared después de haber saltado en el suelo o viceversa: otra modalidad del béisbol callejero.
Ya después, no sé si la modernidad, pero se introdujeron otras pelotas huecas, que si se ponchaban no servían pero por su estructura ya no esticaban casi y se perdió esa magia de poder conectar un “vuelacercas” con la mano, por supuesto los campos de pelota tenían un espacio adecuado para ello.

No hay comentarios :